jueves, 2 de febrero de 2012

Papeleras

Pues hoy toca una entrada de mobiliario urbano que hace tiempo que no me pongo a comparar elementos fundamentales de las distintas ciudades por las que he pasado en el último año y pico. Es una pena que haya veces que se me olvide echarle la foto a estos objetos y que las entradas no estén lo completas que a mi me gustaría pero lo bueno de esto es que cada cierto tiempo puedo ir añadiendo otro post sin que llegue a ser pesado.

Como bien indica el título, hoy os mostraré unas cuantas papeleras. Estos objetos son fundamentales a la hora de la limpieza y el orden de una ciudad y es curioso apreciar como, a medida que el civismo dentro de una ciudad aumenta, el número de papeleras disminuye. Este dato no lo puedo asegurar cien por cien pero por lo que he podido observar en algunas ciudades, cuando los ciudadanos están más concienciados en mantener su ciudad limpia, menos papeles tiran al suelo, llegándose a esperar a llegar a casa para tirarlo en la basura.
Sin embargo, y por desgracia, estos objetos pasan inadvertidos para mucha gente que prefiere ir tirando todo por las calles con la esperanza de que un barrendero lo recoja pero sin preocuparse lo más mínimo por dónde puede acabar ese papel, chicle, botella, etc. Para este tipo de gente, el tirar la basura al suelo es un gesto habitual y difícil de corregir por mucho que el ayuntamiento se esfuerce económicamente con el dinero de todos en poner una papelera en cada esquina.

Y después de este rollo que os he metido sobre las papeleras, aquí os dejo unas cuantas fotos de alguna de ellas.

York (Inglaterra)

Estocolmo (Suecia)

Varsovia (Polonia)

Roma (Italia)

Bruselas (Bélgica)

Christiania (Dinamarca)

miércoles, 1 de febrero de 2012

Skansen Museet

Si antes de ir a Estocolmo me preguntas qué se puede ver en esa ciudad, no hubiese sabido qué decir y es que, cuando vas con gente que le gusta estudiarse hasta el último detalle del destino que tiene planeado visitar, no hace falta mirar nada, ya lo hacen ellos por ti. Mi caso fue más o menos así, no tenía ni idea de qué poder ver en la capital sueca hasta que mis compañeros de viaje me empezaron a hablar de un barco (véase la entrada del Vasa Museet) y de un parque conocido como Skansen Museet. Del barco ya hablé anteriormente en otra entrada por lo que ahora me toca contaros un poco qué es lo que tiene de especial este parque.

Situado en la Isla Djurgården y ocupando una superficie de 300.000 m², el Skansen Museet está considerado como una de las principales atracciones de la capital sueca recibiendo cada año más de un millón de visitas.
La visita a esta isla va a ser obligatoria en vuestro viaje ya que aparte del parque y del Vassa Museet, se encuentra el Museo Nórdico fundado por Artur Hazelius, el mismo que se recorrió Suecia entera para poder montar este parque. Y os preguntaréis por qué a este hombre le daría por recorrer Suecia para la construcción del Skansen. La respuesta es sencilla, el parque también sería un museo, en este caso concreto, un museo al aire libre.
La idea que tenía Artur a finales del siglo XIX sobre este espacio inmenso y tan cerca del centro de la capital era que fuese uno de los primeros museos al aire libre del mundo; y lo consiguió. Su principal afán a la hora de proyectarlo era el intentar reflejar y mantener para las futuras generaciones el estilo de vida que se estaba empezando a perder en toda Suecia gracias a la industrialización y hacer llegar a la gente de la capital los tipos de animales y plantas que se podían encontrar a lo largo y ancho del país.

Artur consiguió reunir alrededor de unas 150 casas típicas de las distintas zonas del país las cuales haría desmontar en el lugar de origen para poder transportarlas y volver a montarlas ya en el parque. Estas casas se encuentran decoradas siguiendo las costumbres y la moda de la época gracias a que el Museo Nórdico a prestado muchos de los objetos que nos podemos encontrar dentro de ellas.
Otra cosa respecto a la decoración de las casas y que es algo a tener en cuenta para que no os pille de sorpresa es que las personas que se encuentran dentro de ellas haciendo que todo parezca más real no son maniquíes sino personas de carne y hueso caracterizadas como habitantes de una aldea real del siglo XIX. Este detalle hace que la visita sea más amena tanto para los adultos como para los niños.



Como comenté anteriormente, el Skansen no solamente es un museo en el que ver la forma de vida que llevaban los suecos hace un par de siglos sino que también es una reserva de sus animales más característicos. En este zoo se pueden encontrar desde los típicos animales de granja como pueden ser gallinas, cerdos, cabras o caballos hasta animales más salvajes y por tanto más difíciles de ver como osos pardos, alces, renos, lobos o focas. Aparte de estos animales autóctonos, también podemos encontrar animales más exóticos. Éstos se encuentran en una zona del Skansen Museet llamada Acuario en la que si se quiere visitar, habrá que pagar una entrada extra que a nosotros ya nos pareció excesivo.
Lo bueno de visitar un zoológico en Mayo es que muchas de las especies tienen crías en esta época por lo que el ver imágenes tiernas entre las madres y las crías era algo que se repetía con frecuencia, que no esperábamos y que hacía que nos apareciese una sonrisa en la cara.
Fue bonito ver como un alce recién nacido intentaba ponerse en pie con sus finas y largas patas mientras la madre, tirada en el suelo, se recuperaba de un parto múltiple que no debía de haber sido fácil. O como unos pequeños cerdos intentaban huir de las pezuñas de su padre mientras comían el pienso que les echaban los cuidadores. Un cerdito salió volando pero no le pasó nada, el pobre no pudo esquivar al padre.



A parte del zoo y de las casas típicas de las que he hablado antes, en este parque - museo también encontramos una zona en la que hay montadas unas atracciones un poco antiguas las cuales estaban todas cerradas. Imagino que esto se debía principalmente a la época del año en la que nos encontrábamos, que aunque era Mayo, en Estocolmo hacía bastante frío. Además, el clima de ese día no acompañaba mucho ya que se había pasado toda la mañana lloviendo a cántaros.
Pero por la tarde escampó un poco y así conseguimos presenciar una actuación de bailes típicos en el que los bailarines y bailarinas llevaban unos trajes muy coloridos y sencillos que movían al son de canciones regionales (o eso es lo que me parecieron a mi).


Los horarios de este museo varían mucho dependiendo de la época del año en la que se visite ya que depende bastante de las horas de luz. En invierno cerrará en torno a las 3 pm y en verano estará rondando las 10 pm.
Pero es que estas variaciones también se ven reflejadas en el precio de las entradas que aparte de si es temporada alta o baja, tendrán diferencias dependientes de la edad del visitante. En temporada baja, la entrada de adulto viene saliendo por unas 100 SEK y en verano pueden alcanzar hasta las 150 SEK. Este precio también varía según el día de la semana en el que se visite siendo más caro en fin de semana que entre semana (creo que esto es sólo en verano).
Recordar que la visita al Acuario es aparte y que viene saliendo por aproximadamente el mismo precio que la  principal del Skansen Museet.
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