viernes, 31 de agosto de 2012

Fish & Chips en Kerbisher & Malt

Seguramente que todos vosotros si os hiciesen la pregunta, ¿cuál es la comida más conocida de Inglaterra?, rápidamente se os vendría a la cabeza el Fish & Chips. Y es que estos ingleses no es que destaquen en tener una de las más variadas o elaboradas cocinas del mundo. Este motivo es el que nos lleva a pensar a todos en lo mismo sin entrar en dilemas por tener muchas comidas distintas donde poder elegir.
Desde que he llegado a Londres he podido probar este plato en numerosos pubs, restaurantes, sitios de comida para llevar, etc. pero no fue hasta hace poco cuando, gracias a una avmiga, descubrí quizás uno de los mejores sitios (desde mi punto de vista, claro) donde poder comerlo. El restaurante se llama Kerbisher & Malt.
El Fish & Chips básicamente es un plato de pescado rebozado y frito con patatas fritas. Si, es así de sencillo como suena y cuesta creer que en muchos sitios no lo hagan bien pero es que, a mi parecer, el rebozado, la forma de freírlo y la calidad del producto cuentan mucho.
Un detalle curioso es que si lo consumimos en alguno de los muchos pubs que lo sirven, vendrá acompañado de un puré de guisantes que, sinceramente, no es gran cosa.

Se dice que el origen del plato no es británico, que fueron los judíos españoles y portugueses que huían de la Península Ibérica los que trajeron a la isla la forma de elaborar el pescado rebozado y los franceses los que hicieron por primera vez las patatas fritas, pero aún así, no fue hasta el siglo XIX cuando los ingleses unieron estos dos alimentos para formar su famoso plato que después extenderían por el resto de países anglosajones.
Son varias los tipos de pescado que se utilizan para esta comida, pero lo que si tienen en común todos ellos es que suelen ser pescados blancos como la pescadilla, la platija y el abadejo aunque el más típico de todos es el bacalao.
Los ingleses empezaron a comerlo porque era un plato que podemos considerar de comida rápida y encima cumple las cualidades también de ser un plato de comida para llevar. Y es muy sabido por todos que aquí no se dedica mucho tiempo para comer por lo que se fue extendiendo rápidamente su consumo hasta llegar a tener alrededor de 8500 establecimientos de este tipo en todo Reino Unido.
En un principio se servía envuelto en papel de periódico cosa que tuvieron que prohibir las autoridades sanitarias ya que la tinta que cubría el papel no era nada saludable al ingerirla.

Ahora que ya he explicado más o menos en qué consiste esta comida típica, contaros un poco acerca del restaurante que he elegido hoy sobre el que escribir mi entrada, el Kerbisher & Malt.
Este restaurante se encuentra muy cerca de la parada de metro llamada Hammersmith, no es un sitio por el que el turista suele pasar en su visita a Londres. Para llegar hasta él habrá que coger la calle Shepherds Bush Road hasta el número 164, más o menos unos 5 minutos caminando desde la estación.
Este restaurante utiliza productos frescos y, al contrario que en todos los sitios de comida para llevar, ellos no fríen el pescado hasta que no han recibido la petición de algún cliente por lo que el rebozado no se reblandece. Tienen también una carta de salsas para acompañar el pescado o las patatas que elaboran ellos mismos.


A mi lo que me gusta de este establecimiento es que puedes ver la cocina en la que están trabajando los cocineros y que, para ser una cocina en la que se está friendo constantemente en freidoras industriales que suelen ponerlo todo perdido, no se ve que esté llena de grasa.
El menú no es muy amplio debido al tipo de restaurante que es pero esto no es algo en su contra, mas bien hace que su plato estrella no compita con otros y que la gente que realmente viene aquí a comprar su Fish & Chips lo haga por esto mismo.
Tiene unos horarios bastante buenos teniendo en cuenta la ciudad en la que nos encontramos. Los Lunes es el día de descanso pero de Martes a Sábado permanece abierto de 12 de la mañana a 10 de la noche y los Domingos cierra una hora antes.


Ahora han abierto otro restaurante en Ealing Broadway que, para los que visitáis Londres por unos días, quizás es demasiado lejos para ir hasta allí por lo que no entraré en describir localización y horarios.
Espero que disfrutéis de vuestro Fish & Chips.

lunes, 20 de agosto de 2012

París, ¿la ciudad de la luz?

Este fin de semana he vuelto a París. Para mí representaba una espinita clavada ya que es una ciudad a la que tenía que volver en algún momento porque en mi primera visita sólo pude conocer los sitios más turísticos. Como ya os habréis dado cuenta al leer algunas cosas en mi blog, yo soy más de vivir un poco la ciudad en mis viajes que de dedicarme a ir como un borrego detrás de un guía escuchando todo lo que me dice sobre las atracciones turísticas aunque esto, alguna vez, también lo he hecho y un ejemplo es París.
En esa primera visita, también de fin de semana, no tuve tiempo de conocer la ciudad como tal sino que visitamos el escenario turístico que hay preparado para que el turista se enamore y vuelva a ella. Pero en esta escapada no he hecho otra cosa que deambular bajo el calor asfixiante por el París de agosto vacío de parisinos y que da otra imagen completamente distinta al viajero que llega hasta esos rincones alejados del bullicio de los Campos Elíseos o la Torre Eiffel.
Estos contrastes son los que me han llevado a escribir esta entrada sobre curiosidades que espero os llamen la atención como a mí lo han hecho.

Quiero empezar a contaros lo primero que me encontré nada más llegar a la Gare du Nord y salir a la calle a fumarme un cigarro. Los olores de París.
La capital francesa es conocida por ser la cuna del perfume aunque para tener este honor deja mucho que desear en este campo. Los muros de la fachada de esta estación están repletos de orines que no dejan un aroma muy bueno en la zona y más cuando las temperaturas superan los 30º que los intensifican hasta ser desagradables. En pocas ciudades de la Europa del siglo XXI había yo notado esto de forma tan intensa y en tantos sitios distintos ya que éste no sería el único lugar donde estos olores nos producirían esta sensación tan desagradable.
En muchos de los pasillos del metro era insoportable el olor que había. Imagino que no será porque la gente se ponga a mear en ellos aunque si no es por esto, ¿por qué otra cosa puede ser? También al caminar por las callejuelas, en algunos rincones un poco aislados en los que es más fácil camuflarte durante la noche para poder mear, se notaba esta pestilencia.

Otra cosa que llama la atención cuando caminas por la calle es la cantidad de gente sin techo que hay en París. Es habitual, en la mayoría de las grandes urbes, encontrarse gente que viste con ropas viejas y sucias que no tienen un hogar y hacen de la calle un sitio donde poder dormir. Pero en esta ciudad el número de personas a las que les pasa esto es escalofriante y es algo que contrasta muchísimo con las tiendas de lujo que nos encontramos. Pero lo que más sorprende y preocupa a la vez es que se ven muchos niños que pasan por esta situación por el simple hecho de pertenecer a una comunidad (los gitanos rumanos) que se encuentra excluida por una parte bastante representativa de la sociedad parisina.
En mi visita hacía calor pero no me quiero imaginar durante el gélido invierno parisino lo que deben de pasar estas personas al dormir a la intemperie. Es posible que muchos de ellos mueran en las calles de París ante la mirada impasible del resto de vecinos.

Lo siguiente que me sorprendió es la inseguridad que se siente en esta ciudad y más si eres mujer. Algunos hombres no se cortan nada en recorrer con la mirada el cuerpo de mujeres que van solas o acompañadas de otras mujeres creando situaciones muy incómodas en las que la mujer siente como violan su cuerpo sin llegar a haber ningún tipo de contacto físico. Este tipo de gente es bastante desagradable y creen poder comerse a las personas con los ojos mientras éstas lo único que esperan es pasar rápido de largo, que llegue su parada para poder bajarse, es decir, salir huyendo. Pero no sólo para las mujeres es peligroso ya que muchos hombres tienen que lidiar con este tipo de actuaciones hacia sus parejas, amigas o familiares que les pone en un lugar en el que no se encuentran cómodos si no son personas agresivas.
Por otro lado están los robos. Sólo he pasado un fin de semana allí pero mientras cenábamos y nos tomábamos una botella de vino junto al canal Saint Martin a una chica del grupo en el que me encontraba le robaron el bolso sin darnos ni cuenta. Puede que ella tenga también un poco de culpa por no llevarlo colgado todo el tiempo pero, ¿no pertenece París a un país civilizado en el que este tipo de cosas no deberían pasar?

Como habéis podido observar si conocéis mi blog, la afición que tengo por el mobiliario urbano de las ciudades que voy visitando es grande. Aquí, una cosa que me llamó la atención, fueron las papeleras que no tienen un diseño que sea armónico con el resto de la ciudad. Aquí las papeleras son bolsas de plástico transparente enganchadas a una estructura metálica. El motivo de esto es el miedo a posibles atentados en los que los explosivos sean escondidos en papeleras de metal que no dejan ver el interior y por tanto localizar.
El fin puede estar justificado pero este hecho hace que París tenga una imagen de suciedad constante ya que se ve toda la basura del interior de las bolsas. Esto, respecto al turismo, es una cosa que no queda muy bien ya que en muchas de las fotos de los millones de turistas que visitan la ciudad se ven bolsas de basura.

La siguiente curiosidad que os quiero contar primero me enfureció y después me hizo pensar. Después de comer  y viendo que la temperatura que marcaba el termómetro a esas horas no nos iba a permitir hacer mucho, nos pusimos a buscar algún sitio fresco en un parque en el que pasar las horas más calurosas del día tiradas en el césped a la sombra de algún árbol. Cuando pensamos encontrar el césped adecuado para una siesta tranquila y nos dispusimos a ir a la zona elegida, nos encontramos con la figura del personal de seguridad del césped (como me gusta definirles) que nos gritaban desde la otra punta del jardín para que nos saliésemos de allí. Sólo habíamos caminado un par de pasos sobre él pero el grito nos hizo darnos cuenta de que nadie más estaba sentado en esa zona. Es curioso eso de tener parques en los que no se pueda disfrutar de todas las zonas pero así es como consiguen la fama con sus jardines de película. Poco después encontramos otro sitio que a mi me parecía prácticamente igual y en el que sí que pudimos por fin sentarnos rodeadas de muchísima más gente.

Para terminar esta entrada y dejar a la gente con una curiosidad que sí que me sorprendió a bien es que París es una de las ciudades en las que me he encontrado más Street Art de todas las que conozco. En muchas esquinas de edificios, en las zonas en las que está la placa que indica el nombre de las calles, en puentes, en fachadas, por todos lados te encuentras expresiones artísticas que llaman la atención haciendo que el recorrer las calles del París menos conocido turísticamente sea emocionante.
Como podéis ver, las curiosidades que a mi más me han sorprendido no dejan París en muy buena situación pero cada uno tiene su propia forma de ver, sentir y conocer las ciudades.

sábado, 11 de agosto de 2012

Sensōji Temple

Quizás una de las cosas que como turista más hice en Japón fue visitar templos, santuarios o como quieran llamar a los centros donde se practica alguna de las religiones típicas en el país nipón. Lo curioso es que aún no os hubiese hablado sobre alguno de ellos y hoy, unos meses después de regresar de allí, os presento el Templo Sensōji, el más antiguo de Tokyo.
Fue fundado a mediados del siglo VII y hoy en día, después de tantos años, se ha convertido en uno de los lugares más visitados de la capital. El Templo Sensōji es budista y tiene una historia bastante curiosa de porqué fue fundado e instalado en el barrio del noreste de la ciudad conocido como Asakusa.
La leyenda cuenta que dos pescadores, Takenari y Hamanari, hermanos ellos, se encontraron la estatua de Kannon (diosa de la piedad) un día entre sus redes mientras trabajaban en el río Sumida. Entre los dos decidieron devolver la estatua al río pero todos los días volvía a aparecer atrapada en las redes y éstos, vuelta a devolverla al río día tras día. Este hecho les llevó a pensar que era algo divino y que debían construirle un templo para poder adorarla.
Debido al nombre de la figura y al sitio donde se halla, el templo también es conocido como Asakusa Kannon.

Para empezar la visita a este templo es bueno que accedáis a él por la puerta conocida como Kaminarimon o puerta del trueno. La reconoceréis con facilidad gracias a que en el único vano que tiene, hay un gran farolillo de papel rojo colgado en el centro que recibe el nombre de chōchin y a las dos figuras apostadas en los laterales las cuales representan a Raijin, dios del trueno representado como con un arco con tambores, y Fuujin, dios del viento el cual lleva como una sábana que le pasa por detrás de la cabeza. Para ser dioses estos dos tienen un aspecto que da más miedo que sensación de protección.
Una vez se cruza esta puerta, nos encontramos en la calle Nakamise-dori, una calle repleta de puestecitos en los que poder comprar todo tipo de souvenirs típicos de Japón, desde kimonos hasta galletitas saladas. Esta calle parece que se ha creado con la expansión del turismo pero no, los vecinos de la zona que se dedicaban a vender cosas a los fieles que acudían a este templo consiguieron en el siglo XVII el permiso para poder montar estos puestecitos que hoy vemos (se habrán reconstruido varias veces desde entonces) y así montar el mercado que nos encontramos si visitamos este templo.
Si os gusta traer algún regalito de recuerdo para familiares o amigos, esta calle es el único sitio que vimos en Tokyo en el que poder comprar las cosas típicas (máscaras, farolillos, palillos, etc) sin tener que recorrernos media ciudad para poder verlo todo junto.

Kaminarimon

Cuando ya hayáis recorrido toda la calle de los puestecitos, llegaréis a una segunda puerta conocida con el nombre de Hozomon o puerta del tesoro. Esta sí que es la puerta principal del Templo Sensōji y como tal es mucho más impresionante que la anterior. En ella podemos observar dos alturas y tres vanos de los que vuelven a colgar farolillos aunque distintos. En el del centro volvemos a encontrarnos con un chōchin de papel rojo bastante grande y en los vanos de los extremos dos faroles de cobre conocidos con el nombre de tōrō.
En los extremos de la puerta volvemos a encontrarnos con dos estatuas. En esta ocasión son dos representaciones de Niō, el guardián de buda, que también tiene cara de mala leche. En la parte posterior de la puerta había dos sandalias de paja gigantescos conocidas como waraji que nunca supe qué es lo que representaban allí. Puede que sean las típicas sandalias del peregrino y para hacerles honor a todos los que caminan hasta este templo colgaron las dos réplicas gigantes aquí. Es una hipótesis simplemente.

Hozomon

Una vez hubimos cruzado esta puerta, a mi lo que más me llamó la atención fue la pagoda de cinco pisos que se veía a mano izquierda. Quizás porque era la primera que veíamos pero he de decir que después de haber visto muchas, yo diría que fue una de las que más me gustó por el sitio donde se encontraba y por el rojo que adornaba sus tejados y fachada. Curioso también era la especie de pararrayos que adornaba su punto más alto.
Esta pagoda es conocida como Goju-no To y mide 64 metros de altura. Fue construida a mediados del siglo X y ha tenido que ser reconstruida en varias ocasiones, la última después de los bombardeos que asolaron Tokyo en la II Guerra Mundial.

pagoda sensoji

Hay tres elementos que no pasan desapercibidos, se repite en muchos de los templos que visitamos en Japón, que me llamarón la atención y he de decir que alguno me gustó mucho por su originalidad.
Lo primero las estanterías repartidas por el recinto en las que la gente cuelga tablillas con deseos escritos en ellas. Estas tablillas las suelen comprar en las tiendas del propio santuario y en cada uno la forma y los dibujos que llevan son distintos.
El segundo elemento es la fuente de purificación. En especial la de este templo es preciosa aunque la escultura que tiene en el medio vuelva a tener cara de pocos amigos. El ritual consiste en coger uno de los cacitos que hay, llenarlo de agua y echarse primero un poco en una mano y luego en la otra para terminar limpiándote la boca con el mismo agua. En invierno debe de dar un poco de pereza hacerlo porque se te quedan las manos heladas y no hay toalla alguna con la que poder secarte.
Y para terminar está el O-Koro que es una especie de quemador de incienso de bronce muy bonito en el que los fieles cogen las barritas de incienso para purificarse con el humo que desprenden atrayéndolo hacia sí. Supuestamente este humo tiene el poder de curarte las enfermedades y dolencias así que, por probar no perdéis nada.


fuente de purificación

O-Koro

Una vez realizados los rituales de purificación, la gente se encamina a subir las escaleras del edificio grande en el que rezan y hacen peticiones a sus dioses. Nos encontraremos ante el Sensoji Hondo que es como le llaman ellos al edificio principal del templo en el que supuestamente se encuentra la estatua de la diosa Kannon, y digo supuestamente porque nunca se ha podido ver.
Como en todo lugar de culto que se precie, independientemente de la religión que se practique, hay varios sitios en los que echar dinero como ofrenda a la diosa. En este caso hay dos cajas, una de ellas enorme, en las que, lo que sería la tapa, son unos barrotes que no dejan meter la mano pero por los que si entran monedas y billetes. Los japoneses justo después de echar la moneda hacen una flexión de cabeza con las manos unidas delante del pecho e imagino que empezarán a rezar o pedir algo.

Sensoji Hondo

Sensoji Hondo

Para terminar deciros que este templo está compuesto por más edificios y jardines que no me voy a poner a explicar porque se haría muy larga esta entrada y así os queda algo para que descubráis cuando vayáis a visitarlo.
El horario es bastante bueno ya que abre desde por la mañana temprano hasta las 5 de la tarde por lo que es muy fácil el llegar y encontrárselo ya a pleno rendimiento. La entrada es gratuita y para llegar la mejor forma es coger el metro (Ginza line) y bajarse en la parada Asakusa que está a menos de 5 minutos caminando de la puerta Kaminarimon.

lunes, 6 de agosto de 2012

El metro de Londres: Underground

Llevamos semanas en las que no se habla de otra cosa en la capital inglesa que de Juegos Olímpicos y todo lo que gira alrededor de ellos, el tiempo, la seguridad y como no, el transporte. Esto me ha llevado a pensar que todavía no había escrito nada sobre el metro más antiguo del mundo el cual uso a diario y en el cual se desplazan al día miles de turistas a los que algo de información antes de venir a Londres no les va a venir mal conocer.

El Underground o Tube, como lo llaman los ingleses, empezó a funcionar el 10 de Enero de 1863. Parte de las líneas que hoy conocemos como Circle , Hammersmith & City and Metropolitan son las que realizarían ese primer tramo entre Paddington y Farrindon. Pero estos trenes no eran eléctricos en su principio haciendo que parte del recorrido fuese al aire libre y y parte subterráneo. En las zonas en las que los trenes iban bajo tierra, se tuvieron que hacer grandes aberturas para así poder librar los túneles del vapor de agua que expulsaban los antiguos trenes y poder ventilarlos. En algunas de las zonas en las que abrían los pozos de ventilación, no les quedó más remedio que expropiar las propiedades que había en la superficie teniendo que tirar casas en algunos casos.
En 1890 empezarían a circular los trenes eléctricos en una parte de lo que conocemos hoy como Northern Line y esto si que sería la revolución ya que permitía la construcción de túneles más profundos para poder acceder a las zonas más edificadas de Londres en las que la construcción al aire libre sería imposible por lo estrechas que son las calles.
Pero bueno, la historia de este metro es muy larga y puede resultar muy pesada así que como para moverte hoy en día con él no importa mucho saber cómo se iba extendiendo y qué empresas lo manejaban voy a saltarme esta parte de la historia.

La red de metro se compone de 11 líneas que podemos identificar tanto por colores como por nombres. Estas 11 líneas tienen más de 270 estaciones abarcando una longitud total de más de 400 kilómetros.
Como curiosidad, en estas líneas podemos destacar que la Central (roja) es la más larga con algo más de 80 kilómetros de vías y la Distric (verde) es la que más estaciones tiene con un total de 60.
Algunas de las estaciones por las que más líneas pasan son King's Cross St. Pancras (6), Waterloo (4), Paddington (4) y Liverpool St (4) siendo la de Waterloo la más transitada de todas las de la red.
Para ver hasta que punto este sistema de transporte es muy importante para moverse por esta ciudad sólo hay que prestar un poco de atención al número de viajeros que lo utilizan al día que supera la cifra de los 3 millones llegando en los fines de semana a superar los 3.5 millones.
Algunas de las líneas tienen varios ramales que se bifurcan en alguna estación para dar servicio a más zonas. Esto suele complicar un poco al turista en su primera toma de contacto con el metro y muchas veces toca bajarse de un tren y dar media vuelta porque el que se ha cogido es el erróneo. Mi consejo aquí es que os fijéis bien en la cabecera de los trenes en donde aparece escrito el destino. Es muy típico el correr porque un tren ya está en el andén parado y lo queremos coger antes de que se vaya pero en estas situaciones no nos fijamos nunca de cual es el ramal al que da servicio. Al venir de turismo es preferible el dejar que se vaya y esperar al siguiente que vaya hacia donde nosotros queremos ir.
La frecuencia entre trenes no suele ser muy grande y menos en horas punta en las que yo he llegado a ver, mientras esperaba en un andén a una amiga, pasar trenes cada minuto y medio aunque esta frecuencia no es lo normal. Lo máximo que he llegado a esperar yo un tren han sido algo más de 10 minutos.


El logo del metro de londres puede que sea uno de los logotipos más conocidos del mundo y esto lo han explotado al máximo en forma de souvenirs que los turistas compran de manera indiscriminada. Se puede encontrar en cada entrada y viene siendo un círculo rojo con una franja azul que lo corta por la mitad en la que aparece la palabra Underground. Una vez que estamos en los andenes, en los logos que hay en las paredes de éstos, lo que aparece escrito en la franja azul es el nombre de la estación en la que nos encontramos.
¿Quién que haya venido a Londres no se ha hecho una foto al lado de alguno de estos símbolos con el nombre de alguna de las estaciones más famosas? Y es que es gracioso ver como turistas de todos los rincones del mundo posan para que quede reflejado en una foto que ellos cogieron el metro en Picadilly, Oxford Circus, Nothing Hill, etc.


Otra de las cosas que nos ha dejado para la posteridad el metro de Londres es su gran frase "Mind the gap" o lo que viene siendo en castellano, cuidado con el hueco al referirse al espacio que queda entre el vagón del tren y el andén. Esta frase es bastante importante en un metro como este ya que los andenes no suelen quedar siempre ni a la misma distancia del tren ni a la misma altura. Esta frase es repetida constantemente en el suburbano y puede que sea una de las frases que os llevéis de recuerdo.

Creo que ya sólo me queda el hablaros un poco de las zonas, los horarios y las tarifas.
El metro de Londres se divide en 6 zonas siendo la 1 la del centro y aumentando a medida que nos alejamos de él. Es curioso como los viajes más caros son en los que se tiene que pasar por esta zona, imagino que lo harán así para descongestionarla un poco, o esa es la excusa que ellos pondrán para poner esas tarifas ya que es la zona por la que más gente se mueve recaudando así mucho más dinero y obligando a la gente con pocos recursos a moverse con otros medios de transporte. Esto sonará fuerte pero es que en Londres, el dinero que se gasta la gente en transporte es muy superior al que se gasta en otras ciudades.
Y eso me lleva a hablaros un poco de las tarifas. En este punto no me alargaré demasiado y es que mi único consejo es que nada más llegar a Londres os saquéis la Oyster Card. Esta tarjeta os permitirá ahorraros mucho dinero desde el primer viaje que realicéis. Podéis informaros más en este enlace sobre esta tarjeta que escribí hace tiempo.
Para terminar los horarios, nunca he sabido exactamente cual es el real ya que muchas veces, dependiendo en la estación en la que lo quieras coger, empieza o termina antes debido a la distancia a la que se encuentra de las cabeceras de las líneas. Supuestamente el metro abre de 5 de la mañana a 12 de la noche pero hay algunas líneas que cierran antes y los Domingos creo que también porque me ha pasado alguna vez de ir a cogerlo a las 12 y encontrarme con las bocas del metro cerradas.
Cuando digo que el horario es muy relativo, quiero decir que si tu tienes que coger el metro en una estación que se encuentra hacia el medio de la línea, podrás cogerlo aunque se haya pasado una media hora desde que salió el último tren.



Mi último consejo es que os lo toméis con calma. Te puede pasar de todo, desde que para llegar al andén tardes 20 minutos de la gente que hay, que vayas a tu parada y te la encuentres cerrada porque están trabajando para mejorar el servicio (algo muy típico en los fines de semana donde suelen cortar algunos tramos), hasta que, si eres discapacitado, no encuentres la forma posible de utilizarlo y es que, este metro puede ser el más antiguo del mundo pero tiene muchas cosas que mejorar. El problema es que no se puede porque en su día no se imaginaron la cantidad de pasajeros que iban a tener que transportar.
¡Buen Viaje!

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