martes, 29 de mayo de 2012

Curiosidades de Japón: restaurantes y bares

Como ya anuncié en mi primera entrada sobre curiosidades, habría más. Hoy me dispongo a contaros un poco las cosas que más me llamaron la atención en los bares y restaurantes por los que fui pasando.

Como cervecera que soy, cuando voy a algún país nuevo de turismo, lo que más me apetece a ciertas horas es tomarme una cerveza en algún bar. Primero por descansar las piernas un rato; segundo, porque al entrar en un sitio cerrado entras en calor aunque no bebas algo caliente; y tercero, porque así aprovechas y vas al baño. Pues bien, en este país estas tradiciones de los viajes cuesta llevarlas ya que es muy difícil encontrar algún bar (la mayoría de sitios son restaurantes) y una vez que lo encuentras, que esté abierto.  En invierno, como todos sabéis, en el hemisferio norte anochece bastante pronto. Si has madrugado para empezar el día y has comido pronto, a eso de las 4:30 o 5:00 de la tarde ya estás cansado de caminar y con ganas de sentarte en algún bar y tomarte una cerveza. Pues no, en Japón es muy difícil encontrar algún bar abierto antes de las 6:00 de la tarde (que no sea restaurante, repito).

Pero es que esta es solo la primera curiosidad relacionada con estos establecimientos y es que, aunque en Japón no puedas fumar por la calle, solamente en sitios habilitados para ello (muchas veces es un simple cenicero en la puerta de un establecimiento), si que puedes hacerlo en restaurantes en los que en la mesa de al lado se encuentran comiendo unos niños. Podéis pensar que esto en España también se hacía hasta hace dos días como el que dice pero es que en España se puede seguir fumando en la calle donde quieras. Yo creo que es por esto por lo que me han sorprendido tanto esta clase de prohibiciones.

Punto para fumadores en medio de una calle de Tokyo

También he de hablaros de la seguridad y la confianza con la que la gente se va al baño en un restaurante (hasta en los de comida rápida que encontramos por todo el mundo) dejando todas sus cosas en la mesa. Y diréis que qué tiene esto de curiosidad, bueno pues que si esta persona está acompañada por amigos, pareja, familia, etc., pues se puede entender y no parecería extraño pero es que si está sola, a mi, por los sitios por los que me he movido hasta hoy, nunca se me hubiese ocurrido pensar en dejar todas mis cosas en una mesa que está a la vista de todos y por tanto jugármela a que cuando vuelva mis cosas hayan desaparecido. Y que conste que esto no lo critico sino que lo alabo y me parece una muestra de civismo de la que todos los ciudadanos de otros países deberíamos aprender.

Otra cosa que está bastante bien es que, al entrar en un restaurante y sentarte en una mesa, al momento viene el camarero con unas toallas calientes para que te limpies las manos y la boca antes de comer (esto no es en todos los restaurantes). Cuidado porque al principio queman un poco. Y justo antes o después de esto, el vasito de agua en la mesa que no le falte a nadie. Es típico ver gente comiendo en Japón sin pedir nada de beber ya que el agua es gratis en todos los sitios (hasta en los de comida rápida). Otra curiosidad es que comen con palillos pero creo que esto es algo que conoce todo el mundo y no hace falta explicar.

Seguramente que la gente que como yo está acostumbrada a viajar por Europa, lo de dejar propinas en los restaurantes es algo que lo tiene asumido (aunque no te guste mucho dejarlas o no suelas hacerlo de forma habitual). Pues en Japón este gesto de gratitud hacia el buen servicio dado por los empleados de los restaurantes o bares no es necesario hacerlo (muchas veces en Europa aunque el servicio haya sido malo te incluyen en la cuenta un 10% del valor de la consumición para las propinas). Sé de mucha gente que se alegrará al saber esto y otros que no tanto. Pues creo que la explicación a esto es seguramente porque los camareros deben de tener unos sueldos bastante razonables y acordes al resto de salarios y no necesitan la ayuda de los clientes para poder tener unos sueldos dignos como sucede en algunos de los países en los que si se deja propina.

Factura sin propina añadida

Pero quizás una de las cosas que más me hayan llamado la atención sea el protocolo que siguen los japoneses a la hora de sentarse en la mesa. Hay varias normas que no se si me han quedado del todo claras pero que intentaré explicar lo mejor que pueda. En el momento que llegan a un restaurante y una vez el camarero les ha dicho cual es la mesa, empieza el lío. En toda mesa que se precie hay sitios más cómodos que otros por la cercanía a un pasillo o por el tipo de asiento y hay distintos casos dependiendo del tipo de comida o cena que sea.
Si al restaurante va una pareja, por ejemplo, la que elige sitio primero es la chica.  Es curioso ver en un restaurante en el que las mesas están colocadas para que uno se siente en un banco junto a la pared y el otro se siente en una silla en el pasillo por el que se mueven los camareros, todas las chicas eligen el sitio de la pared y a todos los chicos les toca sentarse en el sitio de fuera. Por otro lado están las comidas con familiares. En éstas lo que prima es la edad, por tanto si se va a cenar con los abuelos, éstos tendrán la prioridad en la elección de asiento. Otro tipo de comida sería la de negocios o con compañeros de trabajo. Si es una reunión de negocios, el que elige es el cliente. Si después hay varias personas de la misma empresa, entrarían a coalición los rangos dentro de la empresa y las edades.

Como podéis ver, hay varias cosas bastante curiosas que es bueno saber para cuando se tiene planeado visitar Japón.

martes, 15 de mayo de 2012

Backpackers Hostel K's House Hiroshima

Hace mucho que no me pongo a escribir sobre un hostel, algo que solía hacer en cada viaje que realizaba, así que hoy os voy a presentar el Backpackers Hostel K's House situado en la ciudad de Hiroshima, Japón.
Es un hostel bastante nuevo, abrió en 2008, y esto se nota en su decoración y en el estado de conservación de muebles, electrodomésticos, sanitarios, etc. Pertenece a una cadena de hostels repartidos por Japón de la cual este era el segundo que nosotros visitábamos. En el primer hostel de esta cadena que visitéis, os darán una tarjeta en la que ir tachando los hostels en los que os vayáis alojando para conseguir no recuerdo si eran noches gratis en la cadena u ofertas en las siguientes reservas que realicéis con ellos.
Yo diría que lo mejor de este hostel es su proximidad a la estación de JR de Hiroshima desde la cual puedes ir o bien caminando, se tarda un pelín más de 5 minutos, o en tranvía (2 paradas) bajándote en la parada de Matoba-cho.

Este hostel ofrece distintos tipos de habitaciones tanto en privadas como en compartidas. Las privadas van desde la de matrimonio con baño, hasta la de 4 personas con baño compartido.
Las compartidas son para 4 y 6 personas teniendo, aparte de las mixtas, habitaciones sólo para mujeres. Yo estuve en una de estas compartidas y tienen el aspecto de una habitación de hostel occidental pero, al parecer, en este mismo podemos encontrar habitaciones de estilo japonés con su tatami y todo. Lo que no sé es qué tipo de habitaciones serán así.
Los precios vienen siendo como en casi todos los hostels de Japón en los que estuvimos. No se puede decir que sea super barato pero es que un alojamiento más barato que éste dudo mucho que se pueda encontrar a no ser que tengáis algún amigo que os aloje en su casa. Los precios por persona irían desde los 39 € por persona de la habitación de matrimonio hasta los 25 € de la habitación de 6 camas.

Ahora un poco de las zonas comunes. Empezaré por los baños que suele ser algo importante para todo viajero. No es que haya muchos pero los que hay están bastante limpios. Tienen separado lo que es la zona del retrete y la de la ducha por lo que pueden utilizarse ambas a la vez. Lo curioso de los baños en este hostel es que el lavabo está situado en el pasillo y es gracioso ver a la gente lavándose los dientes mientras se pasea por el pasillo de un lado para otro.
La otra zona común imprescindible para muchos viajeros por el gasto que supone salir a comer fuera es la cocina y la que nos ofrece el Backpackers Hostel K's House es una pasada. Es completamente nueva y esta bastante bien equipada para poder preparar cualquier cosa. Además yo cuando fui estaba super limpia motivo por el cual daban más ganas de utilizarla.


En un cuartito pequeño que hay junto a la cocina se encuentra lo que sería la lavandería. Está equipada por dos lavadoras y dos secadoras que funcionan a monedas, no lo recuerdo del todo bien pero me parece que lavar y secar eran al cambio unos 3 euros (feb 2012). Teniendo en cuenta que Japón es un país al que se va más de una semana y que no todo el mundo lleva ropa para ponerse todos los días limpia, es un buen punto para hacer la colada y así volver a tener la ropa limpia para el resto del viaje.

En la entrada del hostel nos podemos encontrar con varios servicios interesantes para el viajero. El primero son unas taquillas en las que dejar nuestro calzado. Esto es imprescindible si tenemos en cuenta que no se puede entrar con él en los hostels de Japón. Para no tener que ir descalzo hay zapatillas justo en la entrada para uso común.


Otra cosa a tener en cuenta es si podemos disponer de internet o no. En este hostel tenemos wifi, para poder conectarnos con los portátiles particulares, y ordenadores de uso público en los que me parece que había que pagar algo (no recuerdo exactamente el precio ya que yo no los tuve que utilizar).


Hay también una máquina en la que se pueden comprar cervezas y es curioso pero estaban más baratas que en otras tiendas así que aprovechar la oferta.

La única pega del Backpackers Hostel K's House es quizás que no sirven desayuno pero vamos es algo a lo que ya os habréis acostumbrado en vuestro viaje por Japón. Nosotros no estuvimos en ningún hostel en el que este servicio estuviese incluido.


lunes, 9 de abril de 2012

Hachikō

Esta es la segunda entrada que dedico en este blog a la figura de un perro. Es muy curioso descubrir como estos animales pueden llegar a albergar tal lealtad hacia sus dueños incluso después de muertos estos.
El primero sobre el que escribí fue Greyfriars Bobby, un perrito escocés el cual tiene una historia que conmueve por la devoción y nobleza con la que actuó una vez hubo muerto su amo.
El protagonista de la entrada de hoy se llama Hachikō y su historia es muy similar a la de Bobby. Me sorprendió mucho el bajar en la estación de Shibuya y encontrar esta estatua que inmediatamente me trasladó a 10.000 km de distancia y me recordó esa otra historia entre dos amigos.
Pues después de esta introducción, intentaré contaros lo mejor que pueda la historia de este leal amigo del hombre.

Hachikō es un perro de la raza akita nacido en 1923 en una granja de la ciudad de Ōdate. Después de un viaje en tren de dos días metido en una caja en la que casi muere, llega a la estación de Shibuya donde sirvientes de un profesor del departamento de agricultura en la Universidad de Tokio llamado Eisaburō Ueno lo recogen para llevarlo a casa donde le estaría esperando la hija de éste. Pero ésta abandona el hogar paterno para empezar una nueva vida junto a su marido por lo que el perro pasa a ser responsabilidad del profesor el cual se termina encariñando de Hachikō. Este nombre se lo daría por el parecido de sus piernas delanteras con el kanji (símbolo japonés) que significa ocho debido a que las tenía un poco arqueadas.
Los dos formarían una pareja curiosa a la vista de todas las personas que para ir a trabajar pasaban por la estación de Shibuya ya que el perro todos los días acompañaba a Eisaburō hasta la estación cuando éste iba a coger el metro para ir hasta la universidad. El perro le esperaba sentado en el sitio donde hoy se erige la estatua hasta que el profesor regresaba de su jornada de trabajo. Poco a poco amo y perro serían conocidos por todos con los que se cruzaban y la historia de este perro que esperaba a su dueño en la estación se hizo bastante popular.
Pero un buen día de 1925, el profesor muere en la universidad y como es obvio el perro no se entera de esta muerte por lo que seguiría esperando a su dueño en la puerta de Shibuya, en el lugar de siempre, observando salir la gente que llegaba a la estación sin encontrar al profesor entre ellos.
Día tras día hasta su muerte en 1935 el perro acudiría puntualmente a su lugar habitual a esperar que Eisaburō apareciera entre la gente como lo hacía antes. La gente, que ya le conocía de verle todos los días esperando, le terminarían apodando como el perro fiel.


Esta historia se extendería como la espuma entre los habitantes de la zona de Shibuya los cuales decidieron honrar a Hachikō con una estatua de bronce mandada esculpir al artista Teru Ando ya que una historia como esta tenía que ser recordada por todos los que pasasen por la estación por los valores que representaba ya que los humanos, por mucho que nos creamos superiores, no llegaremos nunca a demostrar una lealtad y fidelidad igual hacia otra persona.
El día de la presentación de la estatua, Hachikō estaría presente pero más por seguir esperando la llegada de su dueño que por que se le honrase a él. Un año después de este echo, el perro moriría a los pies de su propia estatua después de una vida entera esperando a su amigo y compañero. Sería enterrado junto a su dueño con el que al final se terminaría reuniendo.

Esta estatua tendría que ser fundida en la Segunda Guerra Mundial como todas las de Japón para hacer armamento pero a los habitantes de la zona no se les olvidaría esta historia y mandarían volverla hacer una vez la guerra terminó.
Hoy en día es un punto de encuentro bastante popular para los habitantes de Tokyo llegando a veces a ser difícil encontrar a la persona con la que se queda por la cantidad de gente que suele haber congregada alrededor de ella.

domingo, 8 de abril de 2012

Nikkō

Hay varias excursiones que se pueden hacer en el día saliendo desde Tokyo que pueden ser bastante interesantes. Una de las rutas de la que más habíamos oído hablar antes de llegar a Japón era la de visitar la ciudad de  Nikkō, situada a 140 km al norte de la capital nipona.
Para poder aprovechar el día, decidimos levantarnos pronto e irnos hacia la estación de trenes de Asakusa. Desde esta estación se puede coger un tren de una línea privada (Tōbu Nikkō) que te lleva directo en aproximadamente dos horas. A nosotros ya se nos habían acabado los días de la Japan Rail Pass por lo que nos decantamos por esta opción que era la más sencilla. Ahora mismo no recuerdo ya cuanto nos costó pero me parece que no era excesivamente caro. Nos comentaron que también se podía ir hasta Nikkō con la JRP pero hay que hacer trasbordos. Siento no poderos dar más información sobre esta opción.
A lo que iba, nosotros cogimos el tren de las 9:10 de la mañana. Una advertencia, cuando vayáis a coger el tren, tenéis que montaros en los dos últimos vagones ya que a mitad del camino el tren se divide en dos yendo cada una de las partes a destinos distintos. 
Una vez en Nikkō lo más turístico es ver los templos. Para llegar hasta ellos se puede optar por caminar, lo cual os va a llevar entre 20 y 30 minutos, o bien coger un autobús justo en la puerta de la estación. Nosotros optamos por el autobús pero para seros sincera, nos timaron porque nos vendieron un pase diario cuando realmente en el autobús te montas como mucho dos veces. No lo compréis ya que si no es la subida va a ser la bajada pero alguna de las dos la vais a hacer a pie para ver un poco el pueblo por lo que con un billete sencillo tenéis de sobra.
Este pueblo es Patrimonio de la Humanidad desde 1999 por sus templos y santuarios todos ellos situados en las montañas que hacen del conjunto un lugar perfecto para desconectar del bullicio de Tokyo.


La historia cuenta que el sacerdote budista Shodo Shonin fundó en el siglo VIII el primer templo conocido hoy por el nombre de Rinno-jim. Este sacerdote llegó a Nikkō supuestamente a lomos de dos serpientes las cuales se transformaron en el Puente Shinkyo que cruza el río Daiya.
Este puente de madera y pintado de rojo es todo un símbolo para esta ciudad. Se cuenta que sólo podía ser atravesado por shōgunes y enviados del emperador dejando sin la posibilidad de utilizarlo al pueblo llano. Como curiosidad del puente es que hoy en día si quieres cruzarle tendrás que pagar una entrada, algo un poco absurdo teniendo en cuenta que si estás en el puente, éste no saldrá en la foto.




Pero el echo principal que hizo que Nikkō sea hoy en día una ciudad conocida en todo Japón por su esplendor fue la llegada del shōgun Tokugawa Ieyasu en el siglo XVII y que éste a su vez, eligiese sus montañas para construir su mausoleo. Pero no fue él quien lo construyó sino su nieto Tokugawa Iemitsu en 1634. El nombre elegido para este mausoleo sería Tōshōgū y para su construcción trabajarían en él más de quince mil artesanos llegados de todo el país para reflejar la grandeza y poder de esta familia.
Para llegar hasta este santuario hay que caminar por una ancha avenida rodeada por cedros gigantescos la cual termina en un gran tori de granito que da acceso al recinto del santuario. Lo primero que nos encontramos nada más cruzar la puerta es una pagoda la cual nos indica que en algún momento este santuario fue un templo budista. Ya en el interior nos empezamos a encontrar edificios increíblemente decorados con figuras de madera en los que los tonos dorados y rojos son los predominantes.






Para llegar hasta el mausoleo tendréis que subir bastantes escaleras que te dejan un poco sin aliento. Si la forma física no es muy buena puede costar un poco pero merece la pena el llegar hasta arriba y ver el entorno en el que se encuentra la tumba.
La bajada todavía nos deparará una de las imágenes, a mi parecer, más bonitas del complejo. Un mar de tejados en punta entre árboles altísimos rodeados de una niebla espectral que le da a la imagen un tono misterioso que se queda grabado en las retinas.
En el interior de este templo se puede ver la puerta de Yomeimon que con sus 11 m de altura y adornada con motivos naturales y animales es el símbolo de Nikko por la belleza que refleja que hace que la gente se quede embelesada observándola.


Mausoleo del shōgun Tokugawa Ieyasu



El otro santuario que visitamos en Nikkō es el de Futarasan que se encuentra a unos 500 m del  Tōshōgū con el cual se comunica por una avenida también rodeada por los gigantescos cedros y adornada con los típicos farolillos de piedra que podemos observar en todos los templos, santuarios, etc. de Japón. Este santuario no es tan impresionante como el anterior pero aún así merece mucho la pena visitarlo.
Este santuario fue creado por Shodo Shonin en el año 782 aunque sus edificios principales datan del siglo XVII.
Tanto para entrar en el santuario Tōshōgū como en el de Futarasan habrá que pagar entrada la cual si no recuerdo mal era unos 500 yenes (para cada santuario).


Santuario Futarasan 

jueves, 8 de marzo de 2012

Japan Rail Pass

¿Quién no ha oído hablar nunca de los trenes bala de Japón? Y es que, cuando empiezas a buscar información sobre como poder desplazarte entre las principales ciudades de este país, son numerosas las referencias que hay en blogs y páginas web sobre este tipo de trenes más conocidos como Shinkansen.
Esta ventaja hace que el viajero se plantee visitar más zonas de las que podría visitar en otros países si hiciese un viaje de la misma duración. Lo malo es que, al empezar a mirar precios para hacerte una idea de cuánto te pueden costar los billetes si tu idea es viajar a 2 ó 3 ciudades, el precio de los mismos es muy elevado y no todo el mundo se puede permitir unos gastos así en un viaje que ya de por sí es caro.
Para que este motivo no eche para atrás a turistas potenciales, la compañía de transportes ferroviarios Japan Railways ha creado un billete especial conocido como Japan Rail Pass. Este billete especial recuerda mucho al que hay en Europa para que mochileros y estudiantes, principalmente, puedan visitar varios países de una forma asequible y sin tener que preocuparse en exceso con la compra de billetes en cada estación.


Este pase es famoso entre quienes quieren visitar Japón por la larga lista de ventajas y facilidades que aporta, pero también es famoso entre los japoneses porque ellos no lo pueden conseguir y envidian el que nosotros podamos visitar su país de una forma mucho más barata de la que pueden ellos.
A lo mejor suena un poco raro eso de que ellos no lo pueden conseguir pero es que cualquier turista que lo quiera comprar en Japón tampoco va a poder ya que cada uno lo tiene que haber adquirido en su país de origen para que, una vez se llega allí, te lo puedan canjear por el pase real.
Para comprarla yo me fui a Madrid, aprovechando una visita, y después de 2 intentos fallidos en lugares que había leído en internet, conseguí encontrar un sitio de los oficiales donde sí pude comprarlas. En este enlace podéis mirar donde conseguirla en vuestras ciudades. Para los que seáis de Madrid o alrededores, yo la compré en Kintetsu International (Marques de Urquijo 10 - 2 izda, 28008, Madrid).
Como he comentado anteriormente, al llegar a Japón tienes que buscar una oficina de JR (Japan Railways) para que te den el billete original con las fechas específicas que quieres que tenga validez. En el aeropuerto de Narita hay una (junto a la entrada del metro) que es donde yo lo cambié, pero al parecer en las principales estaciones de JR en Tokyo también se puede realizar el cambio aunque os la jugáis con el idioma ya que no todo el mundo habla inglés.


El precio del Japan Rail Pass depende de los días que queréis que os dure. Al principio pensaréis que es muy caro pero es que con que os hagáis un viaje Tokyo - Kyoto ida y vuelta ya le habréis sacado partido. Imaginaros los precios que tienen allí los trenes para los japoneses.
Os pongo una tabla muy mona que he encontrado con los precios que tiene ahora mismo. pero que seguro suban a medida que pasan los años. Otra cosa a tener en cuenta en el valor del billete es el cambio de moneda que haya en la época en la que lo miréis.

Type:GreenOrdinary
DurationAdultChildAdultChild
7-day37,800 YEN18,900 YEN28,300 YEN14,150 YEN
14-day61,200 YEN30,600 YEN45,100 YEN22,550 YEN
21-day79,600 YEN39,800 YEN57,700YEN28,850 YEN

Como podéis observar en la tabla, indican dos tipos distintos de billetes. La diferencia entre ambos es que con el green puedes montarte en unos vagones un poco mejores aunque teniendo en cuenta como son los del ordinary no creo que merezca la pena gastarse más dinero.

Y para terminar esta entrada, hablaros un poco de los trenes y autobuses a los que vais a poder subir sin ningún coste adicional y de los que están terminantemente prohibidos porque sino el haber comprado la Japan Rail Pass no habrá servido de nada por el coste adicional que conllevan.
Podréis utilizar todos los trenes de la JR (Japan Railways) incluidos los Shinkansen Hikari, Sakura, Kodama y Tsubame. La diferencia entre estos trenes son o el trayecto o el número de paradas que realizan. También vais a poder montaros en los trenes Narita Express que conecta el aeropuerto internacional de Narita con el centro de Tokyo y el Haruka que conecta el aeropuerto internacional de Osaka con la estación de Shin-Osaka.
Hay dos tipos de trenes de la JR que no se pueden coger con la Japan Rail Pass ya que llevan añadido un coste adicional y son el Nozomi y el Mizuho.
En los trenes bala (Shinkansen) tendremos que localizar los vagones en los que los asientos no están reservados. Yo no tuve ningún problema para conseguir una plaza. De todas formas, creo que se puede reservar aunque no tengo ni idea de si costará dinero hacerlo.
Un consejo es que si vais sólamente a Tokyo quizás la Japan Rail Pass no sale rentable y si por el contrario tenéis pensado viajar por varias ciudades, calcular bien los días y si no os cuadra en fechas, los trenes del aeropuerto pagarlos aparte porque son más baratos que los trenes entre ciudades.

Por otro lado están los autobuses de la JR que operan en varias ciudades como autobuses locales (JR Hokkaido Bus, JR Bus Tokohu, JR Bus Kanto, JR Tokai Bus, West Japan JR Bus, Chugoku JR Bus, JR Shikoku Bus, JR Kyushu Bus) y otros que realizan los trayectos por autovía (Sapporo - Otaru; Morioka - Hirosaki; Tokyo - Nagoya, Kyoto, Osaka, Tsukuba Center; Nagoya-Kyoto, Osaka; Osaka -Tsuyama, Kasai Flower Center).
Yo sinceramente no me monté en ningún autobús con la Japan Rail Pass pero es porque no entraban esos trayectos en mi planificación del viaje.

Y por último, la gran sorpresa de este pase, el ferry que conecta Hiroshima con la isla de Miyajima está también incluido. Merece la pena realizar este trayecto para visitar esta isla pero ya os daré más información en otra entrada acerca de ella.
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