jueves, 2 de septiembre de 2010

Vigeland Park

El parque Vigeland es una de las atracciones turísticas más visitadas de la ciudad de Oslo y con razón porque es un parque que atrapa y no por su flora que es lo que suele atrapar en los parques.
Este parque fue diseñado por el noruego Gustav Vigeland durante la primera mitad del siglo XX debido a un pedido que le hizo el ayuntamiento de Oslo. Al señor Vigeland no se le ocurrió otra cosa que llenarlo de estatuas que representan cuerpos desnudos de personas de todas las edades representando así todas las etapas de la vida (desde la infancia hasta la vejez) hasta llegar a colocar más de 200 en todo el parque. Las esculturas están hechas en granito, bronce y hierro que nos permiten ver la pericia del artista en el manejo de distintos materiales.
Estas estatuas representan las distintas emociones que puede experimentar el ser humano, desde la alegría hasta la rabia, pasando por el amor, la fraternidad, la tristeza, la melancolía, etc.

El parque está dividido en 5 zonas bien diferenciadas: la entrada, el puente, el monolito, la fuente y la rueda de la vida. Una vez que cruzas la entrada te encuentras en uno de los museos al aire libre más espectaculares que yo he visto hasta la fecha.
La puerta es un conjunto de granito y hierro integrado por cinco grandes accesos y dos más pequeños para peatones. Esta zona yo creo que no tenía nada que destacase, bueno quizás el mapa del parque para que te sitúes y diferences las zonas antes de empezar.

Lo que te encuentras a continuación es el puente el cual está franqueado a ambos lados por estatuas que, en la mayoría de los casos, expresan una vitalidad fuera de lugar. Quizás en esta zona es donde yo eligiría a mi favorita aunque no sabría elegir entre todas, y menos aún, seleccionar la estatua a la que le daría el honor de ser la más importante del parque cosa que por el contrario parece que ya ha hecho la ciudad de Oslo concediéndoselo a la figura de un niño pequeño enrabietado al que llaman "Sinnataggen" que ha llegado a convertirse en todo un símbolo de la ciudad y que podrás encontrártelo en las tiendas de souvenirs integrado en postales, llaveros, imanes, etc.


Esculturas en el puente

A continuación llega la zona de la fuente en la que seis esculturas que representarían a personas de todas las edades luchan por soportar la carga que la vida les ha impuesto haciendo un gran esfuerzo por conseguirlo.
Supuestamente a estas esculturas las recubre un velo de agua constante pero al ir en pleno invierno la fuente está apagada para que no se congele el agua.
Rodeando a la fuente hay unos grupos escultóricos que nos vuelven a representar las distintas etapas de la vida pero que cuando las ves de lejos parecen árboles aunque al acercarte descubres que lo que hay representados son más niños, más adultos y como no ancianos aunque en esta parte podemos encontrar algo más todavía y son unas cuantas representaciones de la muerte que hasta el momento no había sido representada.

La fuente apagada por el frío

La siguiente parte es quizás la más fotografiada de todas, el monolito o como lo llaman los noruegos, "Monolitten". Éste está situado en una zona más elevada a la que para acceder debes cruzar unas puertas de hierro con hombres representados. El monolito es un único bloque de granito que se alza sobre una plataforma octogonal escalonada en la cual hay otra vez esculturas por todos los lados pero esta vez fabricadas en granito como el monolito. En estas esculturas seguimos encontrando representadas las distintas etapas de la vida en actitudes de todo tipo.
El monolito alcanza los 17 metros de altura y simboliza la lucha de la humanidad por alcanzar la cima a través de las 121 figuras entrelazadas que podemos encontrar esculpidas en él.
Para llegar a la última zona hay que volver a atravesar una puerta como la de antes pero en este caso lo representado son mujeres.

Monolitten

Y por fín en el horizonte la última escultura de Gustav Vigeland, la rueda de la vida o, dicho en noruego, “Livshjulet” en la que el autor crea un círculo entrelazando siete figuras humanas, cuatro adultas y tres infantiles. En esta obra imagino que el artista quiere expresar todo lo visto antes en una sola escultura, es decir, como la vida de las personas, por mucho que nos esforcemos en el camino, siempre empieza y acaba igual.

El parque permanece abierto las 24 horas al día aunque yo que vosotros iría mientras el sol lo ilumine, más que nada para poder apreciar bien las esculturas y que las fotos queden mejor. Por otro lado este es uno de los sitios que nadie puede dejar de visitar independientemente del presupuesto que lleve para la visita en este país (que no es nada barato por cierto) ya que es completamente gratis el acceso.

Ya no podeis poner excusas para visitarlo, o quizás si. A mi se me ocurrió visitar Oslo en una época que no la recomiendo mucho, y es que volé nada más y nada menos que en Enero, cuando allí hace un frio terrible y para colmo está todo nevadísimo. El parque no podía ser menos y en él me encontré un tomo de nieve más o menos de medio metro de altura aunque para visitarlo no hay problema ya que los caminos te los despejan unos operarios muy majetes. Pero aunque lo puedas visitar, el parque lleva su tiempo y llega un momento en que no sientes ya las piernas del frio que tienes o por lo menos es lo que me pasó a mi. Por una parte quería salir corriendo de allí y meterme en cualquier sitio a tomarme algo calentito que me ayudase a recuperar una temperatura corporal acorde con la que suelo tener, pero por otra quería terminar de verlo completo porque en ese viaje no tenía tiempo para regresar y terminar de recorrerlo y no se si volveré a tener la oportunidad de visitar esta ciudad de nuevo. Asique intenté olvidarme del frío y terminarlo, y hoy en día no me puedo arrepentir de haberlo hecho, todo lo contrario a lo que me hubiese pasado si hubiese decidido salir corriendo.

A este parque puedes llegar de muchas formas, si lo tuyo es andar, desde el centro de la ciudad tardarás unos 30 minutos que no es mucho y lo mismo tienes tiempo y es lo que prefieres. Pero para los vagos o los que van a estar muy poco tiempo y quieren ver muchas cosas les recomiendo el cogerse alguno de los transportes públicos que llegan hasta él. Por un lado tenemos el tranvía número 12 que nos deja en la entrada principal siempre y cuando nos bajemos en la parada “Vigelandsparken" (es fácil deducir cual es la parada). Por otro lado tenemos el autobús número 20 que es el que yo cogí y que te deja en el mismo sitio que el tranvía compartiendo también el nombre de parada. Y para terminar podemos coger el metro y bajarnos en la parada "Majorstuen" (todas las líneas pasan por ella) pero en este caso tendremos que caminar un poco hasta llegar al parque, creo recordar que yo tardé entre 5 y 10 minutos pero tener en cuenta que hacía mucho frio, el suelo resbalaba y tenía las piernas un poco entumecidas después de haberme tirado más de una hora en el parque.

Vigeland Park

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