viernes, 16 de septiembre de 2011

Coffee Shops

Es curioso como cuando le dices a la gente que vas a Amsterdam de nuevo todos te repiten lo mismo, ¿qué, a fumar no? Y es que si Holanda es conocida por algo es por la legalización de sustancias como la marihuana y el hachís las cuales puedes encontrar fácilmente en los famosos Coffee Shops.
Pues bien, he de decir que las últimas veces que he visitado la capital holandesa no es que haya fumado mucho (prácticamente nada) pero en los primeros viajes era como llegar al paraíso el cual tenía vetado completamente en mi país. Nada más salir por la estación central de trenes empezabas a sentir como te invadía una sensación de libertad y de despreocupación que no era ni normal (y todavía no había empezado a fumar).
Bueno voy a centrarme en lo que os quería contar. No se la cantidad de Coffee Shops en los que habré estado pero lo que tengo claro es aquellos a los que por algún motivo especial he vuelto. Muchas veces este motivo era simplemente coincidencia o azar lo cual tampoco es que me molestase. Hoy quiero contaros un poquito sobre algunos que se me han quedado grabados en la memoria (muchos de ellos en la de la cámara de fotos porque la mía no estaba muy operativa en ese momento) y que recomiendo visitar.

Pero antes de haceros una lista, os contaré un poco de por qué surgieron este tipo de establecimientos por toda Holanda. Hay que irse hasta finales de la década de los 60 cuando los grupos de amigos quedaban para charlar mientras fumaban marihuana, teniendo en cuenta que era la época de los hippies es muy fácil imaginar que esto pudiese llevarse a cabo. Como con el contrabando siempre había trifulcas y lo que menos les apetecía era eso ya que era el momento del famoso lema "paz y amor", hubo una persona que decidió establecer unos precios para determinadas cantidades y venderlas de forma regular en un bar que da la casualidad que también ofrecía cafés, de ahí el nombre de los establecimientos.
Esto empezó a hacerse por distintas ciudades formando una red de Coffee Shops en los que era muy sencillo obtener estas drogas blandas sin que te timasen en calidad o precio. El primero fue el Sarasani que todavía permanece en la ciudad de Utrecht y el cual es considerado como un templo en este ámbito. En Amsterdam, el primero en aparecer y que todavía permanece pero que no he tenido el gusto de encontrar, (tampoco lo he buscado) es el Mellow Yellow.

Hay que tener en cuenta que hay unas cuantas leyes relacionadas con esta actividad. Lo principal que tenéis que saber es que los menores de 18 años tienen prohibida la entrada en estos establecimientos, la cantidad máxima que puede tener un Coffe Shop son 500 gramos y que un mismo individuo no puede llevar más de 5 gramos encima, si intentáis sacar alguna sustancia del país puede que os conduzca a problemas ya que es en el único europeo que son legales, y para terminar, una un poco curiosa, están prohibidos los teléfonos móviles en estos establecimientos.
Otro matiz importante es que en todos los Cofee Shops está prohibida la venta de alcohol y las únicas bebidas que vais a encontrar son cafés, tés, zumos, batidos y refrescos. La primera vez que fui a Amsterdam si que había alguno en el que si te servían alcohol pero creo que lo prohibieron en 2007 (de esto último no estoy del todo segura).

Y voy a empezar con mi lista personal. El primero que os quiero presentar es el perfecto para ir a primera hora de la mañana a tomar un café y fumarse un porro. Se llama La Tertulia y está situado en el barrio de Jordaan, más exactamente en el 312 de Prinsengracht, junto al canal del mismo nombre. Fue fundado en 1983 por lo que es uno de los más antiguos, de echo es regentado por una madre y su hija y ha pertenecido a la familia desde el principio.
Quizás este Coffee Shop no es lo que uno se espera pero el entrar y estar rodeado de plantas, con vistas al canal y ver como los lugareños van a desayunar con las simpáticas dueñas es todo un ritual para mi cada vez que piso Amsterdam.
Yo me enteré de su existencia en el primer viaje gracias a un chico que estaba durmiendo en el mismo hostel. El lo llamaba el Coffee de las abuelillas pero en ese primer viaje no tuve suerte de visitarlo ya que las dos veces que lo intenté estaba cerrado. Su horario es de 11 de la mañana a 7 de la tarde y de Martes a Sábado. Quizás es mi preferido por lo auténtico que es.


El segundo en mi lista es el Hill Street Blues, llamado así por su cercanía a una comisaría de policía. Este está ubicado en el barrio llamado Centrum más exactamente en el 52 de Warmoesstraat.
Lo que sorprende de este Coffee Shop nada más entrar es que es bastante más grande de lo que uno se espera viéndolo desde fuera, pero eso sólo es lo primero. La decoración es muy normalita pero está toda llena de firmas que, imagino, habrá ido haciendo la gente que ha pasado por allí. No hay ni un mueble, trozo de pared o de techo que se libre de graffitis. Otra de las cosas que me atrajo de este local es que tiene vistas al canal y si coges un sitio cercano a la ventana, el fumarse un porro aquí puede ser de lo más relajante.
Aparte de todo esto, la música está bastante bien mezclando varios estilos y puedes jugar al billar, al futbolín o a alguno de los juegos de mesa que ofrece. Imprescindible el visitarlo, no os defraudará.


Y para no alargarme mucho más en esta entrada, voy a poner el último dejando así la posibilidad de algún día escribir el post Coffee Shops II.
El elegido para ocupar este tercer puesto es todo un clásico, el Dampkring. Está situado también en el barrio Centrum, en la calle Handboogstraat número 29 y es famoso por su aparición en la película Ocean's twelve de la cual se puede ver alguna foto dentro del Coffee Shop con los protagonistas saliendo por la puerta. Por este motivo siempre encontrarás turistas en su interior y a gente echándose fotos en la parte de fuera.
La decoración de este Coffee Shop es totalmente distinta a los otros dos que he explicado antes. En este predomina la madera y los tonos naranjas. Tiene esculturas de budas, pilares con forma de árboles y paredes pintadas con círculos como en los años 60. Espero que la memoria no me falle en esto de la descripción y lo esté confundiendo con otro.
Si tenéis suerte y cogéis una mesa, a nosotros nos tocó primero barra pero después la conseguimos, puede ser un sitio donde pasar un rato muy agradable.


Os habréis dado cuenta que no hablo en ningún momento de calidad y precios tanto de la marihuana como del hachís y esto es porque me junté con varias clases que me habían costado precios distintos y que después de varios Coffe Shops era imposible asociar. Aparte, eso ya no lo tengo reflejado en fotos que me puedan ayudar a recordar así que es una cosa que tendréis que descubrir por vosotros mismos. 
Enjoy the joints!!

martes, 13 de septiembre de 2011

Christiania

Seguro que la mayoría de los que me leéis habéis oído hablar alguna vez de una comunidad un poco hippie situada en la capital danesa denominada a sí misma la ciudad libre de Christiania. El nombre puede sonar algo religioso pero que no os lleve a error, es porque está situada en un céntrico barrio de Copenhagen llamado Christianshavn.
Puede que sea una de las comunidades más alucinantes de Europa porque representa un grupo bastante numeroso de personas que pueden vivir, o mejor dicho convivir, dentro de una ciudad tan importante del norte de Europa durante tanto tiempo sin que hayan conseguido expulsarles del sitio o al menos cambiar su forma de vida. Creo que lo mejor va a ser que empiece por el principio.


Christiania nace a raíz de que el ejército danés abandonara unos cuarteles situados en el centro de Copenhagen en el año 1971. Esos cuarteles, al estar sin uso, son ocupados por un grupo de gente que quiere un espacio libre donde sus hijos puedan crecer en libertad sin tener que estar condicionados a llevar la misma vida que llevan todos los ciudadanos que les rodean.
Así empieza a llegar gente para unirse a esta comunidad la cual tiene unas ideas muy claras sobre autosuficiencia, ecología, cooperativismo, etc. En definitiva, lo que pretenden es un modelo alternativo al que se está desarrollando en Europa en ese momento, más dirigido al modelo capitalista que hoy en día nos encontramos.
Consiguen que el gobierno danés les permita construir sus casas y ellos mismos empiezan a crear unas leyes propias con las que poder convivir en armonía y sin molestar a nadie. Hoy en día viven unas 1000 personas de todas las edades que, unos huyendo de su anterior vida la cual les oprimía o porque ya de por sí comparten los ideales más básicos, aguantan y no caen en las tentaciones de esta vida del siglo XXI dominada por los mercados.

Las normas que rigen esta comunidad son sencillas y de obligado cumplimiento para la gente que allí habita para poder desarrollar una buena convivencia. Principalmente van ligadas con la ecología. Por destacar alguna os diré que está completamente prohibido circular con coches dentro de los límites de Christiania y que el reciclaje es fundamental entre sus habitantes.
Una de las cosas que más sorprende cuando llegas a la frontera es que todas las calles asfaltadas terminan para empezar las que no tienen pavimentación alguna y en las que bicicletas o caminar son los únicos vehículos permitidos. Respecto al reciclaje, si paseáis un poco entre las casas, os daréis cuenta de que todas ellas se han hecho con materiales reciclados siendo así una de las comunidades más verdes de toda Europa.
Pero estas no son las únicas reglas de Christiania, el consumo de drogas duras, los robos o echar fotos son actividades que están completamente prohibidas y por las cuales pueden expulsar a cualquiera. Esta última yo me la salté un poco pero he de decir a mi favor que no me oculté para echarlas puesto que llevaba la cámara colgada del cuello y que al cruzarme con alguno de los habitantes, éstos no me dijeron nada.

En esta comunidad hay de todo, desde bares en los que se encuentra la cerveza más barata de Copenhagen (o por lo menos fue la más barata que yo pagué) hasta una zona para el recreo de los niños. Dentro de su recinto hacen exposiciones de arte, talleres, conciertos, etc. Hay varios artistas reconocidos mundialmente que han actuado aquí.


Hoy en día tienen una gran afluencia de turistas que quieren visitar Christiania intrigados por el modelo de vida que se desarrolla aquí y este filón lo han sabido aprovechar muy bien los habitantes de esta ciudad ya que han montado un mercadillo en el que se pueden encontrar bastantes productos de merchandising y otros que están muy relacionados con las drogas blandas, especialmente con la marihuana.
A este punto de la entrada quería llegar yo. Unos de los temas que más inquieta a sus vecinos es que dentro de Christiania se encuentra un auténtico mercado ilegal de marihuana y hachís en el que, alrededor de unos bidones con fuego (para calentarse), montan unos tenderetes con los distintos tipos de marihuana y hachís repartidos en cajas que van vendiendo tanto al peso como en porros ya liados. Pero hay que tener cuidado con esto porque en el momento que vuelves a pisar las calles de Copenhaguen, la policía te puede parar, registrarte y si te cogen con algo, multarte ya que son sustancias ilegales en el país.


Os animo a que vayáis a conocerlo porque os sorprenderá el colorido y forma de las casas, la tranquilidad de la gente, en entorno en el que está (junto a un lago todo rodeado de árboles), etc.
Espero que, como me pasó a mi, veáis directamente la vida de sus habitantes. Fue bonito ver como una niña muy pequeña ayuda a su madre a fregar los platos, como un vecino le lleva una tarta a otro, como todos se saludan cuando se cruzan por alguna de sus calles dando una sensación de comunidad que en una ciudad de las dimensiones de Copenhaguen o cualquier otra capital europea es cada vez más difícil, por no decir imposible, sentir.

martes, 6 de septiembre de 2011

Hohenzollernbrücke

Hoy toca hablar de puentes de nuevo y es que hace mucho que no escribo sobre ninguno. El elegido para esta entrada ha sido el Hohenzollernbrücke que me llamó la atención sobre todo por lo grande que es y por todo lo que resistió en un momento tan importante en la historia de Alemania como es la Segunda Guerra Mundial.
Se encuentra en la ciudad de Colonia atravesando el río Rin a la altura de la colosal catedral gótica de esta ciudad, y es por eso que su nombre sea un poco difícil de decir para los que hablamos castellano y no tenemos ni idea de alemán.

El puente Hohenzollern fue construido entre los años 1907 y 1911 después de que el antiguo puente fuese demolido. Es un tipo de puente de los que se definen como puentes de arco y éste en particular, está construido de acero y apoyado en pilares de hormigón. Su longitud total es de casi 410 metros y tiene un ancho de algo más de 26 metros que le permite tener 6 vías de ferrocarril y dos pasarelas para los peatones en los extremos.
Debido a la situación de Colonia, se dice que es uno de los puentes ferroviarios con más tráfico de Europa y ello gracias a que las rutas que unen Londres y París con Berlín y otras ciudades centroeuropeas pasan por él. Aparte de estos trenes de larga distancia, también cruzan por él trenes pertenecientes al transporte público de Colonia. La ubicación exacta del puente sería entre las estaciones de Köln Messe/Deutz y ‎Köln Hbf.


Este puente es de admirar debido a su aguante durante los bombardeos a los que fue sometido en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, y es que, viendo cómo quedó la ciudad de Colonia al finalizar la guerra, resulta increíble que este puente aguantase. Lo de aguantar no es del todo cierto y es que los alemanes cuando se vieron rodeados en esta zona por los aliados, decidieron dinamitarlo para que no fuese una vía útil en los desplazamientos del enemigo.
Así pues, el puente que nos encontramos hoy en día es la reconstrucción hecha en 1948 la cual han ido ampliando paulatinamente a lo largo de los años hasta obtener el tamaño que podemos encontrarnos ahora si viajamos hasta esta ciudad del oeste de Alemania.

Pero quizás a mucha gente todo esto que he contado hasta ahora no es lo que más le interesa saber del Hohenzollernbrücke.
Hay una corriente que se está poniendo de moda desde hace unos años en varias ciudades europeas (puede que fuera de Europa también pero lo desconozco) en la que las parejas sellan su amor colocando un candado en el que se lean los dos nombres o simplemente las iniciales de los mismos en alguna zona del puente para a continuación tirar la llave al río para que ese candado no se pueda volver a abrir. Este gesto simbolizaría que ese amor va a durar para siempre ya que el candado no se va a poder quitar del puente nunca (cosa que es mentira porque los ayuntamientos los retiran de vez en cuando).
Lo que muchas de estas personas no saben es que el simple echo de tirar la llave al río contamina bastante, y es que, si sólo fuese una llave pues no pasaría nada, pero cuando son a miles puede llegar a ser un problema. De todas formas, cuantas cosas no se vierten a los ríos, ¿no?, cada uno con su conciencia.

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