miércoles, 15 de octubre de 2014

Mis 3 vistas de Londres

En una ciudad tan llana como Londres, encontrar algún punto alto en el que poderte subir para observar la ciudad en su totalidad es un poco difícil. Hay algunos sitios en las zonas más turísticas de la ciudad en los que el precio a pagar es un completo abuso y sinceramente, viviendo aquí, me niego a pagarlo cada vez que viene alguien a visitarme. Los sitios a los que me ando refiriendo son lugares como el London Eye (que es la noria que hay frente al Big Ben), la cúpula de la Catedral de St Paul o el Shard que es el nuevo rascacielos junto a London Bridge.
Solamente hay un sitio que yo conozca en el que se pueda subir sin tener que pagar y que pertenezca a la ruta turística fija y es la terraza de la Tate Modern pero aquí las vistas son un poco reducidas.

Hoy os quiero contar los sitios a los que suelo ir yo cuando quiero ver la inmensidad de esta ciudad desde un punto de vista algo alejado para poder contemplar más amplitud y sobre todo relajar la vista. Éstos son sitios a los que se puede acceder gratis ya que son espacios abiertos y públicos pero he de decir que no pillan muy a mano para la gente que viaja con el tiempo justo para ver todo.

El primero de ellos y más cercano es Primrose Hill. Este parque situado muy cerca del mercado de Camden y justo al norte de Regents Park, es un pequeño parque (teniendo en cuenta las dimensiones que tienen éstos en Londres) en el que predomina una colina justo en el centro sin ningún árbol en la cima. A este parque es al que suelo llevar a las visitas ya que todas vienen con la idea de ir al mercado de Camden y es gracioso descubrir que todas desconocen este pequeño rincón al que se puede llegar caminando por el canal en 10 minutos y que, si el día está despejado, dejará un buen recuerdo en sus viajes.
Mi consejo a todas es que no miren hacia atrás hasta que lleguen arriba del todo para que al girarse lo disfruten más.


Mi segunda vista corresponde a la que se puede obtener desde la colina de otro parque, esta vez uno muchísimo más grande y alejado del centro, Hampstead Heath. Para llegar a él hay varias formas pero si lo que se quiere es ir a ver las vistas lo mejor es bajarse en la parada del Overground Gospel Oak o en la parada del Underground Tufnell Park en la Northern Line.
En este parque no solo hay esta colina con increibles vistas sino que ofrece al que lo visita un sin fin de rincones para descubrir. Es típico cuando hace muy buen tiempo ver a gente bañándose en alguno de sus lagos artificiales o haciendo picnis bajo sus árboles centenarios.
Este parque es inmenso y los ingleses lo utilizan mucho para salir a hacer deporte. Es típico ver a basbtante gente con bicicletas o corriendo pero también hay gente que simplemente va a pasear.
Además tiene muy cerca una de las joyas de esta ciudad de la que intentaré escribir más adelante, el Highgate Cemetery. Hay mucha gente que lo de visitar cementerios no lo ve claro pero ésta en particular es una visita que yo no dejaría a un lado cuando planeéis vuestro viaje.


Y por ultimo, y no por ello menos especial, mi última vista de Londres es la que se puede tener en el Telegraph Hill Upper Park. De todas las que os estoy presentando es la única que da una visión de la ciudad desde el Sur y en la única en la que los atardeceres son espectaculares.
Este parque se encuentra en el centro de un barrio residencial y nada turístico del sureste de Londres. Aquí es donde yo suelo ir con los amigos a pasar la tarde después del trabajo los días en los que el clima es benévolo y lo permite (muy pocos la verdad). La superficie de este parque es muy pequeña y aparte, la mitad está ocupada por unas pistas de tenis. Aún así, el espacio que queda libre es suficiente para las personas que solemos ir ya que la mayoría es gente del barrio bebiendo cervezas o vino y cenando en grupos, en familia o en pareja.
Para llegar a él la parada de tren más cercana es Nunhead. Esta zona no tiene Underground.

viernes, 23 de agosto de 2013

Robin Hood

Nottingham es una ciudad que se encuentra más o menos en el centro de Inglaterra y que es conocida mundialmente por la historia de un héroe para muchas y villano para otras. Seguramente que todas habréis oído hablar alguna vez de Robin Hood y de cómo le quitaba el dinero a los ricos para dárselo a los pobres, no? Pues bien, hace poco que visité las tierras donde se dice que un día vivió esta persona y pude comprobar por mí misma hasta dónde han llegado a explotar esta historia que nunca sabremos a ciencia cierta si fue real o una invención.
A mi, personalmente, lo que más me gusta de Robin Hood es que, tras muchas búsquedas en antiguos libros, todavía no se sabe si existió realmente como lo relatan en las distintas leyendas que han llegado a escribir o fue siempre un personaje creado para motivar a la gente que luchaba por sus ideas y se oponía a los edictos de los reyes.

Saltándome un poco la leyenda que aparece en multitud de películas y que es lo que más se ha explotado y por tanto es lo más conocido, os voy a intentar contar un poco hasta dónde consiguió llegar un investigador llamado Joseph Hunter que desde mi punto de vista y después de leer unos cuantos textos, es el que más me ha convencido.
Las investigaciones de este hombre desvelaron que existió un hombre llamado Robert Hood que vivía en Loksley y Wakefield, en el condado de York situado al norte del de Nottingham. Estas investigaciones sitúan al tal Hood entre finales del siglo XIII y principios del XIV.
Su padre, Adam Hood, era un simple guardabosques al servicio del conde de Warenne y lord del señorío de Wakefield. El apellido del guardabosques y el de su hijo aparecen escritos de distintas formas en unos documentos, a veces figuran como Hod, otras como Hode y otras como, al final se ha popularizado al personaje, Hood.
En 1322, el señor de las tierras en las que vivía Robin era Thomas, conde de Lancaster. A éste se le ocurrió la maravillosa idea de llamar a armas a sus súbditos para revelarse contra el rey Eduardo II, motivo por el cual a los siervos no les quedó otra opción que agachar la cabeza y obedecer a su señor en su empeño por derrocar al rey. La revuelta fue aplastada y el conde de Lancaster fue capturado. Robin consiguió escapar y ocultarse en el bosque de Bamsdale el cual se unía al bosque de Sherwood, éste ya sí en el condado de Nottingham.
Estos bosques estaban atravesados por la Gran Ruta del Norte, construida por los romanos. Este camino era por el que mercaderes, artistas y caballeros se movían para cruzar la parte central de Inglaterra proporcionando así una zona perfecta para el pillaje.
Es de aquí de dónde se cree que viene la leyenda de Robin Hood y sus multiples peleas, pillajes y amoríos.

Pero como dije en un principio, son muchas las investigaciones que hay sobre este personaje de leyenda por el que la ciudad de Notthingham y su cercano bosque de Sherwood reciben al año miles de turistas.
Puede que nunca sepamos realmente quien fue Robin Hood y cual fue su crimen para huir de la justicia y escapar a los bosques ya que, aunque las investigaciones cada vez lo alejan más de esta ciudad, el negocio que sacan de esta leyenda gracias al turismo que atrae es muy rentable e interesa que continúe.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Parque Nacional Volcán Poás

Si algo tiene Costa Rica a destacar en su orografía por encima de todo son sus volcanes y la cantidad de Parques Naturales que se conservan casi intactos alrededor de ellos. Una de las cosas a resaltar de este país y de la gente que lo habita es la concienciación que tienen de que conservando estos espacios naturales están fomentando una economía que respeta el medio y que poco a poco será como una joya ya que esta práctica está desapareciendo en el resto del mundo.
En nuestro viaje por Costa Rica pudimos conocer varios de estos sitios y la verdad es que es increíble poder estar en ellos empapándote de todos los sonidos, los colores y los olores que desprenden y que tan poco contaminados por la mano del hombre están.


El primero que visitamos fue el Volcán Poás ya que se encontraba a tan solo 37 km de Alajuela, ciudad en la que nos quedamos a dormir las dos primeras noches porque está muy bien comunicada con el aeropuerto de San José y con varios de los sitios que queríamos visitar. Desde esta ciudad se puede coger un autobús público que viene desde San José y que tiene parada en el mismísimo volcán. El trayecto es de una hora aproximadamente empezando éste como a las 9:00 - 9:30 (creo recordar).
El Parque Nacional del Volcán Poás es la zona silvestre más visitada por turistas debido al fácil acceso que tiene hasta su cima a unos 2700 metros sobre el nivel del mar. Se encuentra suituado en la Cordillera Volcánica Central.
Cuando llegamos al parque lo primero que tuvimos que hacer fue bajarnos del autobús para pagar la entrada. Hay dos precios distintos dependiendo de si eres residente en Costa Rica o no. Nosotras al no serlo tuvimos que pagar 10 $.
Para hacer más llevadera la visita a todo el mundo, han construido un edificio como punto de partida de la visita que es al que llegas y en el que puedes encontrar un restaurante, una tienda, los baños y un pequeño museo que te cuenta un poco la historia de los volcanes y las erupciones volcánicas. Desde este edificio y hasta la cima del volcán donde podemos observar el cráter han construído una carretera pavimentada que hace que este paseo de tan solo 15 minutos sea accessible para todo el mundo.

Este parque tiene varios atractivos que hacen de él una visita muy bonita e instructiva. El más importante viene dado en el nombre del Parque Nacional y es el propio Volcán Poás.
Este volcán está activo en la actualidad y lo que más le representa es su inmenso cráter de 1,5 km de diámetro y 300 metros de profundidad. En él podemos observar emisiones de gas y una laguna ácida de un color verdoso bastante llamativo. Se dice que este volcán posee el cráter tipo géiser más grande del mundo y uno de los cráteres en general más grandes.
La última gran erupción se dió en 1910 que formo una gran nube de cenizas aunque esta no es la útima ya que en los años 1952 y 1954 tuvieron lugar otras dos erupciones que también lanzaron a la superficie nubes de cenizas y piedras incandescentes acompañadas de sonidos subterráneos que debían dar bastante miedo.

 
Otro atractivo de este Parque es la Laguna Botos formada por agua pluvial y situada en el cráter del antiguo Volcán Botos, extinguido hoy en día. Esta reserva de agua es visitada por distintas especies de aves. Para acceder hasta aquí hay un camino bastante bien indicado que te lleva por el medio de la vegetación. El camino no es muy largo y tampoco complicado.
Para terminar, deciros que en todo el parque se pueden apreciar distintos tipos de bosques. Entre ellos encontraremos el bosque nuboso y el bosque enano aunque sinceramente yo no los distingo muy bien. A mi lo que si me llamó bastante la atención fue la cantidad de orquídeas que crecen en los troncos de los árboles.


El principal consejo que os puedo dar es que vayáis con el pensamiento de que puede que al llegar allí no veáis nada ya que es muy típico que la niebla esconda por completo el cráter del volcán. Nosotras tuvimos bastante suerte en esto y es que pudimos contemplar todo con la fascinación que puede tener un niño pequeño ante paisajes así. Cuando ya habíamos terminado de hacer la ruta por el volcán y la laguna y estábamos de vuelta en el edificio, una niebla empezó a caer poco a poco hasta que resultaba imposible ver a más de 10 metros. Las temperaturas también descendieron bastante rápido. La gente del parque aconseja que lo visites pronto ya que es más fácil encontrarlo despejado antes del medio día.

Para terminar me gustaría que supiéseis algunas de las restricciones que tiene el Parque Nacional del Volcán Poás para todos los visitantes que se acerquen a sus inmediaciones. Es importante respetar las normas que marcan allí. Por tanto en el parque está prohibido ingresar en estado de embriaguez o ingerir bebidas alcohólicas, ingresar con animales domésticos o mascotas, ingerir alimentos o bebidas en áreas que no sean destinadas para ese fin, extraer piedras, plantas u otro recurso natural del area silvestre y transitar fuera de los senderos o zonas destinadas al uso público.

martes, 13 de agosto de 2013

Rakı, el anís turco

En todos los países siempre hay una bebida alcoholica (o varias) típica y Turquía no podía ser menos. En este caso, la bebida por escelencia es un aguardiente anisado del que yo nunca había oío hablar antes de ir allí y el cual me dejó bastante ebria.
Era nuestra primera noche en Estambul y nos disponíamos a buscar un sitio donde porder cenar tranquilamente después de un día bastante duro. Justo al lado del hostel había varios restaurantes con terrazas en los que se podía ver en todas las mesas vasos con un líquido blanquecino que no llegábamos a identificar. Esta bebida, como nos intentarían explicar los camareros más tarde, era el rakı.

El origen del rakı es un poco confuso y por ello encontramos dos teorías. La primera de ellas dice que el nombre parece que deriva del "arak" que en árabe significa el sudor pero también se cree que llegó a Estambul proveniente de Irak. A este país lo llamaban Iraki, muy parecido fonéticamente a rakı. Lo que si se sabe es que este aguardiente empezó a consumirse en la ciudad del Bósforo en el siglo XVII.
En esa época, la bebida más consumida en Turquía era el vino y lo seguiría siendo hasta el siglo XIX en el que el rakı pasaría a ser la bebida nacional sustituyendo al vino en la vida de las familias turcas.
El rakı tiene una forma específica de servirse y es como un ritual para ellos por lo que nosotros intentamos imitar el proceso. Lo primero, decir que no hay que esperar a que se haya terminado de cenar (o comer) para poder beberlo ya que es normal ver como se bebe desde los aperitivos y a lo largo de toda la cena y la sobremesa (quien lo aguante).
La cosa es que para beberlo hay que preparar una botella de rakı bien fría y otra de agua también muy fría. A cada persona se le dan dos vasos, uno lo rellenaremos hasta la mitad de rakı y la otra mitad de agua y el segundo vaso solo con agua. La mezcla del rakı con el agua forma una bebida blanquecina que allí llaman Aslan Sutu o leche del león. Este animal no ha sido elegido aposta y es que según se dice, solo gente fuerte como un león podrá soportar beber esta especie de anis de aproximadamente 45% del volumen de alcohol.

En la producción de este alcohol se utilizan uvas o higos. En sus comienzos se hacía teniendo como base los residuos de la uva utilizada en la obtención de vino. La idea es picar bien ambos frutos (dependiendo del tipo de rakı que se vaya a producir) y dejar que fermente junto con agua y levadura hasta que el azucar se convierta en alcohol. Una vez ocurrido esto, se destilará por primera vez para conseguir una bebida transparente como el agua y con una alta graduación alcohólica. A continuación se añade el anís y se deja que repose hasta que realicemos una segunda destilación.
Hasta hace pocos años, en Turquía existía una empresa pública llamada Tekel que se encargaba de la producción en exclusiva de las bebidas alcohólicas. En esa época existía un único tipo de rakı conocido como Yeni Rakı (Rakı Nuevo). Esta prática hace unos años que ha dejado de ser así y ahora son muchas las empresas privadas que lo producen ofreciendo al mercado una amplia variedad de marcas y tipos de esta bebida.

jueves, 25 de julio de 2013

Gezi Park - Taksim

Seguramente que a muchas de vosotras os suene el nombre de este parque que hoy os quiero presentar y es que, a lo largo de los últimos meses, ha estado apareciendo en los periódicos y noticieros de todo el mundo.
Cuando nosotras compramos nuestros billetes para ir a conocer Estambul, no nos imaginábamos que nos íbamos a encontrar con unas protestas por parte de la ciudadanía (a las que ya poco a poco nos vamos acostumbrando). Cada día son más los lugares en los que las grandes empresas van marcando la agenda política del país en el cual hacen y deshacen lo que a ellos les interesa.
Pues bien, el Gezi Park estaba llamado a ser uno de estos espacios públicos deborados por las fauces de un capitalismo que engulle todo lo que pueda representar dinero para unos pocos en detrimento de las clases sociales más desfavorecidas.

 
 
Taksim es un espacio abierto bastante amplio dentro de la maraña de callejuelas que nos podemos encontrar en el barrio de Beyoğlu. Es una plaza muy bien comunicada mediante el metro, el funicular y autobuses que te llevan hasta el aeropuerto de Sabiha Gökçen International al cual llegábamos nosotras.
También nos comentaron de esta zona que era bastante europea y que en ella podríamos encontrar cualquier cosa que necesitásemos tanto en tema restaurantes abiertos hasta tarde como en sitios para salir por la noche un rato a tomar algo.
Si a esto le sumas la existencia de bastantes hoteles de distintas categorías y uno de los pocos parques urbanos que hay en esta zona de Estambul, la elección para hacer de esa zona nuestro barrio durante las vacaciones fue fácil.

Pero bueno yo me queria centrar un poco más en el Gezi Park. Como he dicho anteriormente, este parque representa una de las pocas zonas verdes que nos encontramos en el centro de Estambul. Sus dimensiones y arquitectura no es que hagan de él un parque imprescindible para visitar como puede ser el Parque Városliget en Budapest o el Vigeland Park en Oslo pero después de los acontecimientos surgidos para defenderlo en la primavera de 2013 en los cuales el pueblo ha consiguido que esos árboles sigan en pie dando sombra a los vecinos y turistas que quieren huir del calor del verano en Estambul, merece la pena acercarse y ver por lo que luchaba la gente.


La historia que encierra este parque es bastante curiosa ya que no lleva siendo esto toda la vida. A mediados del siglo XVI la población armenia que habitaba Estambul tuvo la oportunidad de pedir un favor al Sultan Suleiman el Magnífico. Este favor no fue por la generosidad del Sultan sino más bien por la buena voluntad de su chef Karaseferyan el cual le avisó de una conspiración que estaba teniendo lugar hacia su persona. La petición consistía en un lugar donde su pueblo pudiese enterrar a sus muertos. El Sultan les concedió la zona que hoy ocupa el parque para que construyeran su cementerio el cual estuvo en Taksim hasta después de la I Guerra Mundial.
En esta guerra, los armenios que vivían en lo que hoy conocemos como Turquía, fueron masacrados y expropiadas sus tierras entre ellas el cementerio Pangalti.
A la par que este cementerio, también se encontraba en la plaza Taksim un cuartel militar con forma de rectángulo el cual albergaba en su interior un enorme patio central que pasaría a ser el primer estadio de fútbol de Turquía en el que jugaban los equipos de Estambul.
Al concluir la Guerra, se invitó al urbanista francés Henri Prost a que remodelase toda la plaza Taksim. Para ello empezó demoliendo el icónico cuartel y creando el parque que serviría de pulmón a esa zona residencial tan necesitada de alguna zona verde.

Pues bien, si váis a visitar Estambul tendréis la suerte de poder disfrutar de la sombra de esos árboles y de su cesped ya que los planes del ahora presidente Erdoğan se han ido al traste.
Después de semanas de enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, el tribunal administrativo de la ciudad ha ordenado detener los planes del presidente Erdoğan de remodelar y construir un centro comercial y una mezquita. Los trabajos de limpieza y rehabilitación por todos los daños sufridos durante las protestas ya se han realizado y hoy en día el parque vuelve a estar abierto.
Esta vez el pueblo ha ganado y gracias a ello tenemos otro sitio emblemático que visitar en esta mágica ciudad.

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