jueves, 21 de marzo de 2013

Carnaval en Puntarenas

Una de las paradas que ibamos a tener en nuestro viaje por Costa Rica ya que la habíamos hablado antes de aterrizar allí era acudir a los Carnavales de Puntarenas. Esta ciudad no es para nada turística y de no ser por el ferri que llega desde la península de Nicoya, casi ningún viajero pasaría por ella.
Pero a nosotras nos llamó la atención el que fuese la zona donde la gente de San José se acerca para ir a la playa ya que es la más cercana a la capital costarricense. Este detalle me llamó mucho la atención y conociendo bien el perfil de viajera que tengo (me encanta conocer a la gente del país y no solo sus paisajes, monumentos y estas cosas que suelen enseñar en los viajes organizados) no hubo ninguna duda de que nosotras teníamos que terminar pasando unos días allí.
Lo que iban a ser un par de días y una noche en Puntarenas terminaron siendo 3 días con sus respectivas noches debido a la pereza que nos supuso el tenernos que desplazar entre dos zonas de Nicoya en las que para salvar los 150 km de distacia entre ellas, teníamos que dar una vuelta cogiendo 3 autobuses y 2 ferris o pagar bastante dinero y hacerlo en el día. La elección fue bastante fácil solo 2 autobuses y un ferri y quedarnos en Puntarenas antes de tiempo para estar en los Carnavales.
El llegar a esta ciudad de la costa del Pacífico es bastante sencillo si lo hacéis desde San José ya que hay autobuses cada poco y el trayecto dura unas 2 horas y algo. Pero Puntarenas no solo esta bien conectada con la capital. Alguna de las ciudades más grandes de la zona oeste de Costa Rica también tienen autobuses que las unen.

Al final la elección no salió mal ya que los Carnavales empezaban antes y el ambiente que había en la ciudad era bastante alegre y, por que no decirlo, fiestero.
Para el día de Carnaval, la organización del evento había organizado un concierto al final del Paseo de los Turistas, cerca del parque Lobo. Esta calle es la que transcurre paralela a la playa y es en la que habían montado todos los puestos de comida, ropa, atracciones y como no, mucho bar en el que poder echarse unos bailes cuando cayese la noche.
El concierto empezaba a las 11 de la mañana y supuestamente acababa a las 3 de la tarde cosa que no es del todo real ya que se alargó bastante. El grupo estrella era la banda argentina de reggae Los Cafres aunque no serían los únicos que pasarían por ese escenario. Las agrupaciones costarricenses Percance y Un Rojo les hicieron de teloneros y la verdad es que fueron bastante divertidas.


Era muy extraño para alguien como yo pensar que estábamos en pleno invierno (principios de Febrero) y que de repente nos encontrásemos en una fiesta como las de verano con todo el mundo en bañador y super morenos, bebiendo cervezas fresquitas en medio de la calle y peleándonos por las pocas zonas de sombra que había para no achicharrarnos durante todo el día al sol.
La cerveza es una de las cosas que más destacaría de estas fiestas ya que una de las principales marcas de Costa Rica era la patrocinadora del evento. Pero no lo destacaría solo por esto sino porque era increible ver a los grupos de gente llegar con neveras llenas hasta los topes de cervezas y en muy poco tiempo tener que ir a por más porque se estaban quedando sin nada.
En fin que esta fiesta, como otras muchas que se realizan durante el día en vez de durante la noche no tiene nada de desperdicio. La mezcla de gente con diferentes edades, diferentes ciudades de procedencia o diferentes gustos musicales no importan cuando lo importante es pasarselo bien y disfrutar del momento. Si visitás este país a principios de Febrero, tener en cuenta Puntarenas en vuestra ruta.

BAPS Shri Swaminarayan Mandir

Sin llegar a salir de la capital inglesa, este fin de semana he podido disfrutar de uno de los monumentos hindúes más importante en Europa y a solo unas paradas en metro del centro de la ciudad. Este templo es conocido como el de Neasden o el Shri Swaminarayan Mandir.
La comunidad hindú afincada en Londres puede que sea una de las cosas que más me llamó la atención al llegar a vivir a esta ciudad ya que mi primera casa estaba en uno de los barrios en los que este grupo de gente está asentada. La población hindú aquí cuenta con casi un millón de personas y esto se hace notar en los comercios, los restaurantes y como no, en algunos lugares dedicados a rituales religiosos y actos culturales.
Para llegar hasta el lo mejor es coger la línea bakerloo de metro y bajarse en la parada Stonebridge Park que se encuentra en el noroeste de Londres. Hay un par de líeas de autobús que paran justo en la puerta, el 206 y el 224.
La cronología de como esta comunidad hindú llego a plantearse la idea de la construcción de este templo es interesante. Empezaron en 1970 en una iglesia abandonada del barrio de Islington pero no les duraría mucho este emplazamiento ya que la congregación decidió desplazar su base a un pequeño y antiguo almacén de Neasden hacia 1982. Como este sitio se les quedaba pequeño, hacia 1990 empezaron a plantearse el construir el templo que hoy podemos contemplar y que fue inahugurado en 1995 relegando al antiguo almacén a una segunda posición. Éste pasaría a ser una tienda de productos indios y un restaurante vegetariano.
Para la financiación del BAPS Shri Swaminarayan Mandir la congregación contarían con ayudas de fieles y con la ayuda imprescindible de voluntarios que no solo se dedicaron a labores de construcción sino que también organizaban eventos para poder recaudar dinero.


Este templo, aunque parece pequeño, tuvo un largo proceso de elaboración. A mi una de las cosas que más me llamó la atención cuando vimos el video sobre la historia del templo fue que la piedra utilizada viniese de tantos sitios distintos. Para esta construcción se utilizó casi en su totalidad mármol indio, mármol italiano, granito de Cerdeña y piedra caliza de Bulgaria.
La piedra, una vez extraida de las canteras, se enviaba en barcos a India donde un grupo de más de 1500 artesanos habían sido contratados exclusivamente para tallar la piedra en este proyecto. Una vez la piedra estaba tallada, se devolvía en barcos a Inglaterra y ahí empezaba el trabajo de los más de 1000 voluntarios que hicieron posible la construcción del edificio.
Imagino que la construcción debió de ser como un rompecabezas ya que, como en un puzzle, los voluntarios se encontraron ante piezas que había que colocar para obtener como resultado el maravilloso edificio que vemos hoy en día.
En el templo destacan a simple vista las siete cúpulas que lo coronan y las escaleras de acceso al interior que le dan el toque majestuosos que todo templo tiene que tener.

Debajo de cada una de las siete cúpulas hay ubicado un santuario con una imagen sagrada que es adorada diariamente por los sadhus (monjes) como a dios en persona. Si os interesan los rituales podéis informaros de los horarios de los mismos para poder presenciar uno en persona. Nosotras esto no lo hicimos y no pudimos presenciar ninguno aunque lo que si tuvimos la oportunidad de contemplar fue a los feligreses haciendo sus rezos y pidiendo ayuda espiritual a sus distintos dioses.
Justo debajo de la sala principal del templo encontramos un museo en el que nos explican un poco de la historia del hinduismo y todos los logros que consiguieron personas que pertenecen a esta comunidad. He de decir que alguna cosa sonaba un poco prepotente pero mi desconocimiento en la materia me impide opinar más a fondo sobre el tema. La entrada a este museo es de 2 £ y es interesante principalmente porque te cuentan la historia de la construcción del templo.
Pero este recinto religioso no solo se compone por el templo ya que otro edificio adyacente por el que se accede a todo el complejo es el que da servicio culturalmente hablando a la comunidad y sirve de lugar de reuniones y más actividades.
Este edificio, al contrario que el Shri Swaminarayan Mandir, fue construido con más de 200 robles ingleses tallados que nada tienen que envidiar al marmol. Por esta masacre en los robledales ingleses, los fieles de este templo decidieron repoblarar las zonas afectadas con más de 2000 nuevos robles.
Alguna de las dependencias a destacar de este edificio son las zonas para dejar los zapatos (todo el mundo que accede al recinto lo tiene que hacer), una gran sala de oración en la que caben más de 3000 personas, una tienda con libros y objetos relacionados con el hinduismo y un par de zonas con alfombras bastante amplias en las que hombres por un lado y mujeres por otro se sientan a conversar.

Para acceder al recinto no se puede portar ningun bolso, mochila y nada por el estilo dejándose estas cosas en una caseta que hay justo enfrente cruzando la calle. Y otra prohibición más es que no se pueden echar fotos en el interior del complejo dejando con las ganas a más de una, yo incluida.

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