lunes, 9 de mayo de 2011

Minas de Sal de Wieliczka

Las Minas de Sal de Wieliczka, como su nombre ya indica, están situadas en la localidad polaca de Wieliczka, a escasos 15 km de Cracovia. Es fácil llegar a ellas por libre según tengo entendido, y seguro que sale muy barato teniendo en cuenta que hablamos de Polonia, pero nosotros en nuestro viaje, al igual que con la visita al campo de concentración de Auschwitz, decidimos contratar una excursión ya organizada con la empresa Cracow City Tours la cual no nos pareció muy cara y bastante bien organizada. Estas excursiones salen desde la Plaza Matejki 2 y viene costando unos 110 PLN incluyendo el transporte hasta la puerta de las Minas, la entrada a ellas y un guía en español.
Los horarios de la visita en castellano, que es la que le interesa a prácticamente todos los lectores de este blog (lo siento por los demás), son: de Enero a Mayo, todos los Martes, Jueves y Sábados a las 3.30 pm. De Junio a Agosto, todos los días a las 3.30 pm. Y para terminar, de Septiembre a Diciembre, de nuevo todos los Martes, Jueves y Sábados a las 3.30 pm.

Estas minas se empezaron a explotar en el siglo XIII y han seguido haciéndolo hasta nuestros días aunque ya no se extrae sal de ellas porque consiguen más rentabilidad explotándolas a base de visitas guiadas para turistas. Lo bueno de todo esto es que ya no se pone en peligro la vida de ningún minero y lo malo es que seguramente la mina dio trabajo a muchas familias de la zona y ahora con las visitas no se necesita tanta gente.
Las Minas de Sal de Wieliczka alcanzan una profundidad de 327 m divididos en 9 niveles y se extienden a lo largo de 300 km de galerías. Entre esas galerías podemos encontrar alrededor de 3000 cámaras, lagos subterráneos y capillas. En la visita, sólo se recorren aproximadamente unos 3,5 kilómetros de galerías visitando algo más de 20 cámaras entre ellas la gran capilla dedicada a Santa Kinga de la que hablaré a continuación un poco más.
Lo bueno de contratar una visita guiada, sin la cual no se puede acceder a la mina, es que te van explicando toda la historia de la mina y de cómo trabajaban los mineros para extraer la sal (algo de lo que yo no sabía nada y que me pareció muy interesante).

Una de las muchas esculturas creadas por los mineros que os encontraréis durante la visita

Lo más sorprendente de toda la visita es el momento en el que llegas a la Capilla de Santa Kinga. A ella se accede por la zona contraria al altar, es decir, por la zona que ocuparía el coro en una iglesia. La visión de la capilla desde este lugar es increíble, con todas las estatuas y relieves de las paredes hechos con la roca de sal y con las 5 lámparas de araña elaboradas con cristales de sal que dan una luz tenue que hacen que el sitio sea más mágico si cabe.
En esta cámara, bueno como en toda la mina, tanto los suelos como las paredes son roca de sal. La guía que llevábamos nos decía que si no la creíamos siempre podíamos chuparlos para comprobarlo.
En la capilla destacan las esculturas de Santa Kinga, situada detrás del altar mayor, el crucifijo, la escultura del Papa Juan Pablo II y el relieve de la última cena. Pero os puedo asegurar que no es lo único que destacaría ya que es todo increíble.
Lo mejor de todo es que fueron los propios mineros los que esculpían la roca para crear las estatuas que se van encontrando a lo largo de toda la visita.

Capilla de Santa Kinga

Si sois como prácticamente todos los turistas, es decir, siempre lleváis la cámara encima, tenéis que saber que como la mina es tan oscura las fotos hechas con una cámara compacta no salen del todo bien, pero bueno, para tener un recuerdo del sitio vale.
Otra cosa a tener en cuenta respecto a las fotos es que os van a cobrar algo para que podáis echarlas pero ahora mismo no recuerdo cuanto era.

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