viernes, 14 de septiembre de 2012

Bolardos

Una de las curiosidades de este blog son las entradas relacionadas con el mobiliario urbano y hoy os quiero mostrar otro conjunto de esos elementos que nos encontramos en muchas ciudades y a los cuales no prestamos demasiada atención, los bolardos.
Los bolardos son unos postes verticales construidos en piedra o en algún metal tipo aluminio, acero o hierro que se sitúan en los bordes de las aceras o al inicio de calles peatonales para evitar que los coches invadan estos espacios. Para su sujeción con el suelo se les fabrica como una zapata pequeña de hormigón en la que se ancla la parte central del bolardo que suele ser más larga de lo que después nosotros vemos al andar por la calle. La forma de colocarlos para que realicen su función es en hileras.

Bolardos puente que une Windsor con Eton

Otro uso para estos elementos es el impedir el alunizaje en comercios por medio de vehículos. Para ello muchos comerciantes lo que hacen es colocar una hilera de bolardos justo enfrente de sus escaparates para así dificultar el robo a los ladrones que quieran estampar su coche con el cristal para poder romperlo y así entrar en el comercio.
Otro tipo de bolardos son los que se controlan por control remoto para prohibir el acceso a zonas privadas y calles en las que solo se permite el paso de vehículos municipales o de residentes. Estos bolardos se quedan a ras del suelo cuando se les acciona para que pasen los coches.

Pero los bolardos, igual que tienen sus defensores, tienen sus detractores. Y es que, muchas veces dificultan el paso a personas que llevan carritos de bebés, ancianos o personas con movilidad reducida.
Y otro inconveniente es el elevado coste que supone a las arcas públicas el ponerlos por primera vez y su posterior mantenimiento ya que son unos elementos que se dañan con facilidad por los golpes que reciben.

Os aconsejo que os fijéis en ellos, es curioso descubrir como en cada ciudad le dan su toque especial a estos postes.

Bolardo Varsovia

Bolardo Amsterdam

Bolardo Bruselas

Bolardo Gante

lunes, 10 de septiembre de 2012

Windsor

Hoy os voy a proponer una excursión cercana a Londres que hará que os olvidéis por un día de la gran ciudad. Esta entrada principalmente creo que está dirigida para los que hayáis venido ya más de una vez a la capital inglesa y no sepáis que más ir a visitar aunque, pensándolo bien, también les puede venir bien a los que vengan muchos días y quieran conocer algo de los alrededores; a los que vivan aquí pero todavía no se hayan aventurado a hacer alguna excursión fuera de la ciudad; a los que reciban visitas y ya no sepan dónde llevarles, etc. En definitiva, creo que es una entrada que a más de uno le puede venir de perlas.

Para ir a este pueblecito que se encuentra a unos 40 kilómetros al oeste de Londres, hay varias opciones. La primera y quizás más práctica es en bus, esta fue la que yo elegí porque había una parada muy cerca de mi casa aunque no sé si será la más barata. La compañía que hace este trayecto se llama Green Line y tiene varias paradas por Londres. Sale desde Victoria Station y realiza paradas en Hyde Park Corner, Kensington y Hammersmith. El billete que yo compré fue desde Hammersmith a Windsor y me costó 15 libras ida y vuelta. El trayecto dura algo menos de una hora.
La otra opción es el tren aunque esta no la conozco muy bien, lo único que sé es que salen los trenes desde Paddington y se tarda como media hora.

Windsor

Cuando llegas a Windsor lo primero que te encuentras es con un pueblo no muy grande lleno de restaurantes y tiendas que hacen pensar que el pueblo es bastante más grande de lo que se ve en un principio ya que sino fuese así, tanto comercio sería imposible que existiese. Hay algunas calles de cuento con sus casitas bajas y suelo de adoquines que merece la pena recorrer; y junto al río se puede descansar en alguno de los parques o simplemente pasear y disfrutar del entorno.
Una vez allí, sorprende ver las mareas de turistas que hay por todo el pueblo los cuales van casi exclusivamente para visitar su atracción principal, el Castillo de Windsor.

Castillo de Windsor
Castillo de Windsor

Este castillo ha servido de residencia para la Familia Real Británica desde la Edad Media convirtiéndolo así en el palacio europeo habitado más antiguo. Cuesta creer que hoy en día todavía sea el lugar elegido por la Reina Isabel  II de Inglaterra para descansar algunos fines de semana.
Este castillo cuenta con un Palacio Real, una gran capilla, unos jardines  y muchas casas en las que hoy en día sigue viviendo el personal que trabaja allí. Todo unido ocupa una extensión total de 10,5 hectáreas. Es curioso el ver esta parte del castillo ya que no te imaginas que hoy en día pueda seguir habiendo gente que vive y trabaja en este tipo de lugares al servicio de una de las familias reales más antiguas de Europa.
Una de las partes más espectaculares de todo el complejo son las Salas de Estado las cuales están decoradas con una riqueza y lujo como ya no se conoce ni se da en nuestros días. A mí me impresionó bastante el llegar a una sala y encontrarme con cuadros de los pintores de la talla de Rembrandt o Rubens o con una casa de muñecas que perteneció a la Reina María en la que todo está cuidado al detalle y en la que, como dato curioso, se puede ver junto al aposento de la Reina unos cuartos dedicados a hombres. Antiguamente las reinas no se lo debían de pasar muy mal teniendo algo así tan cerca de sus dependencias.

Castillo de Windsor
Salas de Estado

La capilla de San Jorge es uno de los ejemplos del gótico Inglés y sede de la orden de la Jarretera (orden superior de la caballería británica). Al visitarla nos encontramos con personas que trabajan para esta orden que te pueden explicar cualquier cosa que desees saber. Este emplazamiento es importante para el pueblo británico ya que aquí descansan los restos de 10 monarcas entre los cuales podemos destacar a Enrique VIII famoso por todas las esposas que tuvo y por ser el Rey que rompió los lazos con la Iglesia Católica Romana fundando a su vez la Iglesia Anglicana.
Es muy famosa la imagen en la que aparecen los jardines con el castillo al fondo, y principalmente fue este el motivo que me llevó a mí a ir hasta este pueblo del oeste de Londres pero una vez allí se me olvidó que existían y no los visité. Espero hacerlo en alguna visita futura para poder disfrutar de ellos.

Capilla de San Jorge
Capilla de San Jorge

Si cruzamos el Río Támesis desde Windsor, llegamos a Eton, pueblecito en el que se encuentra el famoso Eton College al cual no pudimos acceder ni a echar un vistazo. Las instalaciones tenían pinta de ser al más puro estilo inglés de guardar las formas y respetar protocolos, y uno de estos sitios a los que sólo acuden ingleses con un poder adquisitivo muy elevado.

Eton
Eton
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