Una de las paradas que ibamos a tener en nuestro viaje por Costa Rica ya que la habíamos hablado antes de aterrizar allí era acudir a los Carnavales de Puntarenas. Esta ciudad no es para nada turística y de no ser por el ferri que llega desde la península de Nicoya, casi ningún viajero pasaría por ella.
Pero a nosotras nos llamó la atención el que fuese la zona donde la gente de San José se acerca para ir a la playa ya que es la más cercana a la capital costarricense. Este detalle me llamó mucho la atención y conociendo bien el perfil de viajera que tengo (me encanta conocer a la gente del país y no solo sus paisajes, monumentos y estas cosas que suelen enseñar en los viajes organizados) no hubo ninguna duda de que nosotras teníamos que terminar pasando unos días allí.
Lo que iban a ser un par de días y una noche en Puntarenas terminaron siendo 3 días con sus respectivas noches debido a la pereza que nos supuso el tenernos que desplazar entre dos zonas de Nicoya en las que para salvar los 150 km de distacia entre ellas, teníamos que dar una vuelta cogiendo 3 autobuses y 2 ferris o pagar bastante dinero y hacerlo en el día. La elección fue bastante fácil solo 2 autobuses y un ferri y quedarnos en Puntarenas antes de tiempo para estar en los Carnavales.
El llegar a esta ciudad de la costa del Pacífico es bastante sencillo si lo hacéis desde San José ya que hay autobuses cada poco y el trayecto dura unas 2 horas y algo. Pero Puntarenas no solo esta bien conectada con la capital. Alguna de las ciudades más grandes de la zona oeste de Costa Rica también tienen autobuses que las unen.
Al final la elección no salió mal ya que los Carnavales empezaban antes y el ambiente que había en la ciudad era bastante alegre y, por que no decirlo, fiestero.
Para el día de Carnaval, la organización del evento había organizado un concierto al final del Paseo de los Turistas, cerca del parque Lobo. Esta calle es la que transcurre paralela a la playa y es en la que habían montado todos los puestos de comida, ropa, atracciones y como no, mucho bar en el que poder echarse unos bailes cuando cayese la noche.
El concierto empezaba a las 11 de la mañana y supuestamente acababa a las 3 de la tarde cosa que no es del todo real ya que se alargó bastante. El grupo estrella era la banda argentina de reggae Los Cafres aunque no serían los únicos que pasarían por ese escenario. Las agrupaciones costarricenses Percance y Un Rojo les hicieron de teloneros y la verdad es que fueron bastante divertidas.
Era muy extraño para alguien como yo pensar que estábamos en pleno invierno (principios de Febrero) y que de repente nos encontrásemos en una fiesta como las de verano con todo el mundo en bañador y super morenos, bebiendo cervezas fresquitas en medio de la calle y peleándonos por las pocas zonas de sombra que había para no achicharrarnos durante todo el día al sol.
La cerveza es una de las cosas que más destacaría de estas fiestas ya que una de las principales marcas de Costa Rica era la patrocinadora del evento. Pero no lo destacaría solo por esto sino porque era increible ver a los grupos de gente llegar con neveras llenas hasta los topes de cervezas y en muy poco tiempo tener que ir a por más porque se estaban quedando sin nada.
En fin que esta fiesta, como otras muchas que se realizan durante el día en vez de durante la noche no tiene nada de desperdicio. La mezcla de gente con diferentes edades, diferentes ciudades de procedencia o diferentes gustos musicales no importan cuando lo importante es pasarselo bien y disfrutar del momento. Si visitás este país a principios de Febrero, tener en cuenta Puntarenas en vuestra ruta.
jueves, 21 de marzo de 2013
BAPS Shri Swaminarayan Mandir
Sin llegar a salir de la capital inglesa, este fin de semana he podido disfrutar de uno de los monumentos hindúes más importante en Europa y a solo unas paradas en metro del centro de la ciudad. Este templo es conocido como el de Neasden o el Shri Swaminarayan Mandir.
La comunidad hindú afincada en Londres puede que sea una de las cosas que más me llamó la atención al llegar a vivir a esta ciudad ya que mi primera casa estaba en uno de los barrios en los que este grupo de gente está asentada. La población hindú aquí cuenta con casi un millón de personas y esto se hace notar en los comercios, los restaurantes y como no, en algunos lugares dedicados a rituales religiosos y actos culturales.
Para llegar hasta el lo mejor es coger la línea bakerloo de metro y bajarse en la parada Stonebridge Park que se encuentra en el noroeste de Londres. Hay un par de líeas de autobús que paran justo en la puerta, el 206 y el 224.
La cronología de como esta comunidad hindú llego a plantearse la idea de la construcción de este templo es interesante. Empezaron en 1970 en una iglesia abandonada del barrio de Islington pero no les duraría mucho este emplazamiento ya que la congregación decidió desplazar su base a un pequeño y antiguo almacén de Neasden hacia 1982. Como este sitio se les quedaba pequeño, hacia 1990 empezaron a plantearse el construir el templo que hoy podemos contemplar y que fue inahugurado en 1995 relegando al antiguo almacén a una segunda posición. Éste pasaría a ser una tienda de productos indios y un restaurante vegetariano.
Para la financiación del BAPS Shri Swaminarayan Mandir la congregación contarían con ayudas de fieles y con la ayuda imprescindible de voluntarios que no solo se dedicaron a labores de construcción sino que también organizaban eventos para poder recaudar dinero.
Este templo, aunque parece pequeño, tuvo un largo proceso de elaboración. A mi una de las cosas que más me llamó la atención cuando vimos el video sobre la historia del templo fue que la piedra utilizada viniese de tantos sitios distintos. Para esta construcción se utilizó casi en su totalidad mármol indio, mármol italiano, granito de Cerdeña y piedra caliza de Bulgaria.
La piedra, una vez extraida de las canteras, se enviaba en barcos a India donde un grupo de más de 1500 artesanos habían sido contratados exclusivamente para tallar la piedra en este proyecto. Una vez la piedra estaba tallada, se devolvía en barcos a Inglaterra y ahí empezaba el trabajo de los más de 1000 voluntarios que hicieron posible la construcción del edificio.
Imagino que la construcción debió de ser como un rompecabezas ya que, como en un puzzle, los voluntarios se encontraron ante piezas que había que colocar para obtener como resultado el maravilloso edificio que vemos hoy en día.
En el templo destacan a simple vista las siete cúpulas que lo coronan y las escaleras de acceso al interior que le dan el toque majestuosos que todo templo tiene que tener.
Debajo de cada una de las siete cúpulas hay ubicado un santuario con una imagen sagrada que es adorada diariamente por los sadhus (monjes) como a dios en persona. Si os interesan los rituales podéis informaros de los horarios de los mismos para poder presenciar uno en persona. Nosotras esto no lo hicimos y no pudimos presenciar ninguno aunque lo que si tuvimos la oportunidad de contemplar fue a los feligreses haciendo sus rezos y pidiendo ayuda espiritual a sus distintos dioses.
Justo debajo de la sala principal del templo encontramos un museo en el que nos explican un poco de la historia del hinduismo y todos los logros que consiguieron personas que pertenecen a esta comunidad. He de decir que alguna cosa sonaba un poco prepotente pero mi desconocimiento en la materia me impide opinar más a fondo sobre el tema. La entrada a este museo es de 2 £ y es interesante principalmente porque te cuentan la historia de la construcción del templo.
Pero este recinto religioso no solo se compone por el templo ya que otro edificio adyacente por el que se accede a todo el complejo es el que da servicio culturalmente hablando a la comunidad y sirve de lugar de reuniones y más actividades.
Este edificio, al contrario que el Shri Swaminarayan Mandir, fue construido con más de 200 robles ingleses tallados que nada tienen que envidiar al marmol. Por esta masacre en los robledales ingleses, los fieles de este templo decidieron repoblarar las zonas afectadas con más de 2000 nuevos robles.
Alguna de las dependencias a destacar de este edificio son las zonas para dejar los zapatos (todo el mundo que accede al recinto lo tiene que hacer), una gran sala de oración en la que caben más de 3000 personas, una tienda con libros y objetos relacionados con el hinduismo y un par de zonas con alfombras bastante amplias en las que hombres por un lado y mujeres por otro se sientan a conversar.
Para acceder al recinto no se puede portar ningun bolso, mochila y nada por el estilo dejándose estas cosas en una caseta que hay justo enfrente cruzando la calle. Y otra prohibición más es que no se pueden echar fotos en el interior del complejo dejando con las ganas a más de una, yo incluida.
La comunidad hindú afincada en Londres puede que sea una de las cosas que más me llamó la atención al llegar a vivir a esta ciudad ya que mi primera casa estaba en uno de los barrios en los que este grupo de gente está asentada. La población hindú aquí cuenta con casi un millón de personas y esto se hace notar en los comercios, los restaurantes y como no, en algunos lugares dedicados a rituales religiosos y actos culturales.
Para llegar hasta el lo mejor es coger la línea bakerloo de metro y bajarse en la parada Stonebridge Park que se encuentra en el noroeste de Londres. Hay un par de líeas de autobús que paran justo en la puerta, el 206 y el 224.
La cronología de como esta comunidad hindú llego a plantearse la idea de la construcción de este templo es interesante. Empezaron en 1970 en una iglesia abandonada del barrio de Islington pero no les duraría mucho este emplazamiento ya que la congregación decidió desplazar su base a un pequeño y antiguo almacén de Neasden hacia 1982. Como este sitio se les quedaba pequeño, hacia 1990 empezaron a plantearse el construir el templo que hoy podemos contemplar y que fue inahugurado en 1995 relegando al antiguo almacén a una segunda posición. Éste pasaría a ser una tienda de productos indios y un restaurante vegetariano.
Para la financiación del BAPS Shri Swaminarayan Mandir la congregación contarían con ayudas de fieles y con la ayuda imprescindible de voluntarios que no solo se dedicaron a labores de construcción sino que también organizaban eventos para poder recaudar dinero.
Este templo, aunque parece pequeño, tuvo un largo proceso de elaboración. A mi una de las cosas que más me llamó la atención cuando vimos el video sobre la historia del templo fue que la piedra utilizada viniese de tantos sitios distintos. Para esta construcción se utilizó casi en su totalidad mármol indio, mármol italiano, granito de Cerdeña y piedra caliza de Bulgaria.
La piedra, una vez extraida de las canteras, se enviaba en barcos a India donde un grupo de más de 1500 artesanos habían sido contratados exclusivamente para tallar la piedra en este proyecto. Una vez la piedra estaba tallada, se devolvía en barcos a Inglaterra y ahí empezaba el trabajo de los más de 1000 voluntarios que hicieron posible la construcción del edificio.
Imagino que la construcción debió de ser como un rompecabezas ya que, como en un puzzle, los voluntarios se encontraron ante piezas que había que colocar para obtener como resultado el maravilloso edificio que vemos hoy en día.
En el templo destacan a simple vista las siete cúpulas que lo coronan y las escaleras de acceso al interior que le dan el toque majestuosos que todo templo tiene que tener.
Debajo de cada una de las siete cúpulas hay ubicado un santuario con una imagen sagrada que es adorada diariamente por los sadhus (monjes) como a dios en persona. Si os interesan los rituales podéis informaros de los horarios de los mismos para poder presenciar uno en persona. Nosotras esto no lo hicimos y no pudimos presenciar ninguno aunque lo que si tuvimos la oportunidad de contemplar fue a los feligreses haciendo sus rezos y pidiendo ayuda espiritual a sus distintos dioses.
Justo debajo de la sala principal del templo encontramos un museo en el que nos explican un poco de la historia del hinduismo y todos los logros que consiguieron personas que pertenecen a esta comunidad. He de decir que alguna cosa sonaba un poco prepotente pero mi desconocimiento en la materia me impide opinar más a fondo sobre el tema. La entrada a este museo es de 2 £ y es interesante principalmente porque te cuentan la historia de la construcción del templo.
Pero este recinto religioso no solo se compone por el templo ya que otro edificio adyacente por el que se accede a todo el complejo es el que da servicio culturalmente hablando a la comunidad y sirve de lugar de reuniones y más actividades.
Este edificio, al contrario que el Shri Swaminarayan Mandir, fue construido con más de 200 robles ingleses tallados que nada tienen que envidiar al marmol. Por esta masacre en los robledales ingleses, los fieles de este templo decidieron repoblarar las zonas afectadas con más de 2000 nuevos robles.
Alguna de las dependencias a destacar de este edificio son las zonas para dejar los zapatos (todo el mundo que accede al recinto lo tiene que hacer), una gran sala de oración en la que caben más de 3000 personas, una tienda con libros y objetos relacionados con el hinduismo y un par de zonas con alfombras bastante amplias en las que hombres por un lado y mujeres por otro se sientan a conversar.
Para acceder al recinto no se puede portar ningun bolso, mochila y nada por el estilo dejándose estas cosas en una caseta que hay justo enfrente cruzando la calle. Y otra prohibición más es que no se pueden echar fotos en el interior del complejo dejando con las ganas a más de una, yo incluida.
martes, 19 de febrero de 2013
Robo en las Cabinas Arenas, Samara
Esta es una entrada que nada tiene que ver con el resto de las ya publicadas anteriormente en este blog. Es difícil escribir como primera entrada de un nuevo país una anécdota tan mala pero es que creo que ha sido la experiencia que ha marcado mi viaje a Costa Rica.
Todo empieza cuando, por ahorrarnos unos colones, decidimos cogernos una habitación en unas cabinas en el pueblo de Samara llamadas Cabinas Arenas. El sitio tenía la pinta de ser un negocio familiar y, aunque las condiciones de la habitación no eran del todo buenas, tampoco se podía decir que fuesen muy malas.
La primera noche fue tranquila y dormimos a pierna suelta pero en la segunda velada que pasábamos en este pueblo esta tranquilidad se vería interrumpida por una persona que, hoy en día, no podemos afirmar del todo quien es.
Eran como las 4 de la madrugada y yo, que ya llevaba unas horas durmiendo, me debí desvelar con el ruido que estaba haciendo alguien dentro de la habitación. Cuando abrí los ojos, un haz de luz proveniente de la linterna que mi hermana utiliza para leer me estaba enfocando a la cara desde la puerta. A mi, cuando estoy profundamente dormida, me cuesta reaccionar y esta vez no iba a ser distinto. Tuve que girarme y ver que las otras camas estaban ocupadas para comprender que la persona de la puerta era ajena a nosotras y que por tanto algo iba mal.
Salté de la cama y al encender la luz vi que tanto mi mochila grande en la que llevaba el equipaje como las mochilas pequeñas de mi hermana y mia con las pertenencias de más valor no se encontraban dentro de la habitación.
De todas mis pertenencias solo me habían dejado el móvil que estaba cargando junto a mi cabeza, el libro electrónico que se les debía de haber caído en la huída, unas zapatillas, el pijama y la ropa que me había quitado la noche anterior.
Salí corriendo de la habitación después de pegarle un grito a mi hermana para que se despertase y con el cual también conseguí despertar a mi prima pero, una vez fuera en el patio principal del edificio, ya no conseguí ver a nadie.
La mochila de mi hermana estaba en una de las sillas que teníamos junto a la puerta. Imaginamos que fue lo primero que cogió. Curioso porque era el único sitio donde podía encontrar la linterna. De esta mochila se llevó la cámara de fotos y un móvil. Hoy en día a mi hermana se le siguen viniendo a la cabeza fotos que ya no podrá recuperar de todo su viaje por centro América las cuales no tendrán valor económico pero si mucho sentimental.
Pues una vez las dos estuvimos en pie, pensamos que lo mejor sería ir a la comisaría que se encontraba a unos 2 minutos del sitio a dar el aviso para que se pusiesen a buscar cuanto antes porque la persona que se había llevado las cosas no podía andar muy lejos. Cuando salíamos de las cabinas vimos que una de las habitaciones, la 13, estaba con la luz encendida y en el patio se encontraban dos coches, el del hijo del dueño y el de otro cliente pero a esto en un principio no le dimos ninguna importancia ya que estábamos empecinadas en ir a la policía.
Con esta patrulla estuvimos alrededor de una hora dando vueltas por todo el pueblo pero no sirvió de nada ya que no conseguimos ver a nadie ni encontrar ninguna de mis cosas. Así que volvimos a pasarnos por las cabinas para hablar con el dueño. Al llegar, el coche del hijo ya no estaba y nadie nos abrió ninguna puerta aún sabiendo nosotras que estaban allí.
Comprobamos que nuestra puerta no había sido forzada (único detalle que se les ocurrió a los policías hacer en las cabinas) y como no les veíamos muy avispados, les dijimos de volver a la comisaría para intentar llamar a mi madre para que cancelase mis tarjetas de débito y la línea del otro teléfono que llevaba pero entre que las llamadas internacionales las tenían capadas y que no tenían ni un ordenador con internet no pudimos hacer nada.
Al final me tocaría a mi buscar un sitio con wifi para poder llamarla desde el teléfono que no se había llevado el ladrón.
Para poner la denuncia había que esperar a que llegase la policía turística a las 9 de la mañana así que una vez solucionado el tema cancelaciones y siendo conscientes de que no podíamos hacer nada más, solo nos quedaba meternos en la cama para esperar que llegase la hora.
A eso de las 8 de la mañana, una de las mujeres que solía estar en las cabinas nos llamó en la puerta para decirnos que había una pareja de policías abajo que querían hablar conmigo. Cuando bajé, me dijeron que fuese a un pequeño patio que había como escondido que estaban ahí con algunas de mis pertenencias. Que casualidad que este patio diese justo a esa habitación número 13 que la noche anterior estaba encendida.
El dueño había encontrado mi ropa y la cartera con la documentación pero ni rastro de las cámaras de fotos, las mochilas, las gafas de sol, los móviles y por supuesto el dinero junto con alguna otra pertenencia de menor valor que el ladrón no sacó de las mochilas y por tanto se llevó.
Una vez conseguimos poner la denuncia con la policía turística ya no hubo más que hacer. Nos recomendaron que denunciasemos en la policía jurídica a las Cabinas Arenas por no tener la seguridad suficiente que se le tiene que dar a un cliente pero las oficinas se encontraba en Nicoya para lo cual teníamos que desplazarnos y gastar un día de vacaciones metidas en unos juzgados.
Como no teníamos ninguna prueba que pudiese culpar al hijo, persona que creemos era el presunto ladrón ya que era nuestra palabra contra la del dueño, nos tuvimos que conformar con haber encontrado por lo menos mi pasaporte y poder seguir con el viaje.
Siento no poder poner ninguna foto del sitio pero es que no tengo y tampoco encuentro en internet alguna que poder utilizar. Estas cabinas se encuentran como a la mitad de la calle principal del pueblo (a la que llega el autobús y en la que se encuentra la comisaría) justo haciendo esquina.
Todo empieza cuando, por ahorrarnos unos colones, decidimos cogernos una habitación en unas cabinas en el pueblo de Samara llamadas Cabinas Arenas. El sitio tenía la pinta de ser un negocio familiar y, aunque las condiciones de la habitación no eran del todo buenas, tampoco se podía decir que fuesen muy malas.
La primera noche fue tranquila y dormimos a pierna suelta pero en la segunda velada que pasábamos en este pueblo esta tranquilidad se vería interrumpida por una persona que, hoy en día, no podemos afirmar del todo quien es.
Eran como las 4 de la madrugada y yo, que ya llevaba unas horas durmiendo, me debí desvelar con el ruido que estaba haciendo alguien dentro de la habitación. Cuando abrí los ojos, un haz de luz proveniente de la linterna que mi hermana utiliza para leer me estaba enfocando a la cara desde la puerta. A mi, cuando estoy profundamente dormida, me cuesta reaccionar y esta vez no iba a ser distinto. Tuve que girarme y ver que las otras camas estaban ocupadas para comprender que la persona de la puerta era ajena a nosotras y que por tanto algo iba mal.
Salté de la cama y al encender la luz vi que tanto mi mochila grande en la que llevaba el equipaje como las mochilas pequeñas de mi hermana y mia con las pertenencias de más valor no se encontraban dentro de la habitación.
De todas mis pertenencias solo me habían dejado el móvil que estaba cargando junto a mi cabeza, el libro electrónico que se les debía de haber caído en la huída, unas zapatillas, el pijama y la ropa que me había quitado la noche anterior.
Salí corriendo de la habitación después de pegarle un grito a mi hermana para que se despertase y con el cual también conseguí despertar a mi prima pero, una vez fuera en el patio principal del edificio, ya no conseguí ver a nadie.
La mochila de mi hermana estaba en una de las sillas que teníamos junto a la puerta. Imaginamos que fue lo primero que cogió. Curioso porque era el único sitio donde podía encontrar la linterna. De esta mochila se llevó la cámara de fotos y un móvil. Hoy en día a mi hermana se le siguen viniendo a la cabeza fotos que ya no podrá recuperar de todo su viaje por centro América las cuales no tendrán valor económico pero si mucho sentimental.
Pues una vez las dos estuvimos en pie, pensamos que lo mejor sería ir a la comisaría que se encontraba a unos 2 minutos del sitio a dar el aviso para que se pusiesen a buscar cuanto antes porque la persona que se había llevado las cosas no podía andar muy lejos. Cuando salíamos de las cabinas vimos que una de las habitaciones, la 13, estaba con la luz encendida y en el patio se encontraban dos coches, el del hijo del dueño y el de otro cliente pero a esto en un principio no le dimos ninguna importancia ya que estábamos empecinadas en ir a la policía.
Con esta patrulla estuvimos alrededor de una hora dando vueltas por todo el pueblo pero no sirvió de nada ya que no conseguimos ver a nadie ni encontrar ninguna de mis cosas. Así que volvimos a pasarnos por las cabinas para hablar con el dueño. Al llegar, el coche del hijo ya no estaba y nadie nos abrió ninguna puerta aún sabiendo nosotras que estaban allí.
Comprobamos que nuestra puerta no había sido forzada (único detalle que se les ocurrió a los policías hacer en las cabinas) y como no les veíamos muy avispados, les dijimos de volver a la comisaría para intentar llamar a mi madre para que cancelase mis tarjetas de débito y la línea del otro teléfono que llevaba pero entre que las llamadas internacionales las tenían capadas y que no tenían ni un ordenador con internet no pudimos hacer nada.
Al final me tocaría a mi buscar un sitio con wifi para poder llamarla desde el teléfono que no se había llevado el ladrón.
Para poner la denuncia había que esperar a que llegase la policía turística a las 9 de la mañana así que una vez solucionado el tema cancelaciones y siendo conscientes de que no podíamos hacer nada más, solo nos quedaba meternos en la cama para esperar que llegase la hora.
A eso de las 8 de la mañana, una de las mujeres que solía estar en las cabinas nos llamó en la puerta para decirnos que había una pareja de policías abajo que querían hablar conmigo. Cuando bajé, me dijeron que fuese a un pequeño patio que había como escondido que estaban ahí con algunas de mis pertenencias. Que casualidad que este patio diese justo a esa habitación número 13 que la noche anterior estaba encendida.
El dueño había encontrado mi ropa y la cartera con la documentación pero ni rastro de las cámaras de fotos, las mochilas, las gafas de sol, los móviles y por supuesto el dinero junto con alguna otra pertenencia de menor valor que el ladrón no sacó de las mochilas y por tanto se llevó.
Una vez conseguimos poner la denuncia con la policía turística ya no hubo más que hacer. Nos recomendaron que denunciasemos en la policía jurídica a las Cabinas Arenas por no tener la seguridad suficiente que se le tiene que dar a un cliente pero las oficinas se encontraba en Nicoya para lo cual teníamos que desplazarnos y gastar un día de vacaciones metidas en unos juzgados.
Como no teníamos ninguna prueba que pudiese culpar al hijo, persona que creemos era el presunto ladrón ya que era nuestra palabra contra la del dueño, nos tuvimos que conformar con haber encontrado por lo menos mi pasaporte y poder seguir con el viaje.
Siento no poder poner ninguna foto del sitio pero es que no tengo y tampoco encuentro en internet alguna que poder utilizar. Estas cabinas se encuentran como a la mitad de la calle principal del pueblo (a la que llega el autobús y en la que se encuentra la comisaría) justo haciendo esquina.
miércoles, 16 de enero de 2013
Isla de Miyajima
Había oido hablar de las tres vistas de Japón antes de iniciar este viaje, así que intenté incluir una de ellas en la ruta que ya tenía más o menos creada en mi cabeza. La elegida fue la que se da en la isla de Miyajima y que seguro todos hayáis visto alguna vez. El nombre de esta isla significa Isla Santuario y es que en ella se han encontrado vestigios de santuarios que datan del siglo VI. Una curiosidad de esta isla es que antiguamente estaba prohibido nacer, parir y morir en ella por lo que las mujeres no eran muy bien vistas en la isla y a los ancianos se los sacaba de ella antes de que pudiesen pasar a mejor vida allí.
Para llegar hasta ella cogimos un tren de la línea JR Sanyo en la estación central de Hiroshima hasta la estación Miyajima-guchi. Una vez en ésta, tuvimos que caminar unos 5 minutos hasta el embarcadero donde nos esperaba el ferry que nos llevaría a la isla. Al tener la Japan Rail Pass no tuvimos que pagar nada ya que ambos trayectos están incluidos en este pase.
Para esta excursión, recomiendo levantarse pronto e ir para la isla para llegar con la marea alta. Una vez en la isla, visitarlo todo, comer y después volver al gran torii con la marea baja.
Cuando descendimos del ferry, nos sorprendió el pueblecito que había lleno de tiendas dedicadas exclusivamente a turistas y es que este pueblo de Japón es uno de los sitios mas visitados de todo el país. Una de las cosas que más se vendían eran unas galletitas con forma de arce y rellenas de muchas cosas distintas. Tenian unas máquinas especiales para hacerlas que en algunos casos sorprendían por su compolejidad.
Como nuestro viaje fue en Febrero, no estaba masificado y pudimos disfrutar paseando por Miyajima en un día tranquilo y soleado. Como en otros sitios de Japón, aquí también nos acompañarian los ciervos a lo largo de todo el camino hasta llegar a nuestra primera parada, el Santuario de Itsukushima.
Este santuario pertenece a la religión sintoista y su peculiaridad es que esta construido parcialmente sobre pilotes que se adentran en el agua con la idea de venerar a la deidad del mar. Cuando la marea esta alta es una visión espectacular que sobrecoge no por su magnitud sino por su belleza.
La entrada a este santuario cuesta ¥300 pero merece la pena pagarlos para recorrer los corredores exteriores llenos de farolillos, ver algunas salas de este gran edificio y asomarse a las plataformas que dan al mar.
El edificio principal esta compuesto por tres areas: Heiden (zona de los dioses), Haiden (zona de los sacerdotes) y Haraiden (zona para el público). Los edificios que hoy nos encontramos datan del siglo XIII aunque el santuario fue fundado a finales del siglo VI.
La plataforma que sale del edificio hacia el Torii tiene unas linternas de bronce enormes y es importante dentro del santuario por ser donde se desarrollan las danzas Bugaku. Nosotros no tuvimos suerte y no coincidimos con un día en el que se representasen pero pudimos ver como se echaban las fotos de boda una pareja japonesa. El espectaculo de ver como a la novia le colocaban hasta la última arruga del vestido fue increible. Creo que tuve que esperar como 10 minutos hasta que por fin se quitó la chica que les maquillaba y colocaba los trajes para poder echarles una foto a los dos solos.
Pero lo que realmente le da fama a este santuario es su espectacular Torii tambien conocido como el Torii flotante. Es el más grande de Japón midiendo aproximadamente 16 m y representa la entrada al santuario con la peculiaridad de que muchas veces este no se puede cruzar por estar cubierto por el agua. Otra característica de esta puerta que se diferencia en cuanto se ve es que en sus pilares principales se han añadido otros dos a cada lado para darle mayor estabilidad al conjunto.
El Santuario de Itsukushima pertenece a la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el año 1996.
Otro tesoro de esta isla es el Templo Daishoin. Éste es un templo budista situado en la falda del Monte Misen, punto más alto de la zona y por tanto lugar sagrado para los japoneses.
Este templo es un tesoro escondido del cual no se sabe tanto pero que no por ello deja de sorprender al visitante que se aventura a subir sus escaleras de acceso. En alguna de estas escaleras nos podemos encontrar los famosos rodillos de metal con los sutras inscritos en su superficie (escrituras budistas) que con solo girarlos es como si fueses recitándolos. ¿Una forma curiosa de rezar no creéis?
En este templo lo que a mi más me sorprendió es la cantidad de figuras de budas que te encuentras por todos los rincones. Las hay de todos los tipos y tamaños. Algunas dan miedo de la cara de enfado que tienen y otras desprenden ternura o gracia debido a sus caras infantiles o un tanto caricaturizadas.
Aparte de estos dos lugares sagrados, en la Isla de Miyajima también se puede hacer una excursión hasta la cumbre del Monte Misen, pero esto ya nosotros no lo hicimos porque el tiempo no nos daba más de sí.
Espero que si algun día pasáis por este rincón del planeta lo disfrutéis como yo lo hice y que os deje imagenes grabadas en la mente como a mi me las dejó.
Para llegar hasta ella cogimos un tren de la línea JR Sanyo en la estación central de Hiroshima hasta la estación Miyajima-guchi. Una vez en ésta, tuvimos que caminar unos 5 minutos hasta el embarcadero donde nos esperaba el ferry que nos llevaría a la isla. Al tener la Japan Rail Pass no tuvimos que pagar nada ya que ambos trayectos están incluidos en este pase.
Para esta excursión, recomiendo levantarse pronto e ir para la isla para llegar con la marea alta. Una vez en la isla, visitarlo todo, comer y después volver al gran torii con la marea baja.
Cuando descendimos del ferry, nos sorprendió el pueblecito que había lleno de tiendas dedicadas exclusivamente a turistas y es que este pueblo de Japón es uno de los sitios mas visitados de todo el país. Una de las cosas que más se vendían eran unas galletitas con forma de arce y rellenas de muchas cosas distintas. Tenian unas máquinas especiales para hacerlas que en algunos casos sorprendían por su compolejidad.
Como nuestro viaje fue en Febrero, no estaba masificado y pudimos disfrutar paseando por Miyajima en un día tranquilo y soleado. Como en otros sitios de Japón, aquí también nos acompañarian los ciervos a lo largo de todo el camino hasta llegar a nuestra primera parada, el Santuario de Itsukushima.
Este santuario pertenece a la religión sintoista y su peculiaridad es que esta construido parcialmente sobre pilotes que se adentran en el agua con la idea de venerar a la deidad del mar. Cuando la marea esta alta es una visión espectacular que sobrecoge no por su magnitud sino por su belleza.
La entrada a este santuario cuesta ¥300 pero merece la pena pagarlos para recorrer los corredores exteriores llenos de farolillos, ver algunas salas de este gran edificio y asomarse a las plataformas que dan al mar.
El edificio principal esta compuesto por tres areas: Heiden (zona de los dioses), Haiden (zona de los sacerdotes) y Haraiden (zona para el público). Los edificios que hoy nos encontramos datan del siglo XIII aunque el santuario fue fundado a finales del siglo VI.
La plataforma que sale del edificio hacia el Torii tiene unas linternas de bronce enormes y es importante dentro del santuario por ser donde se desarrollan las danzas Bugaku. Nosotros no tuvimos suerte y no coincidimos con un día en el que se representasen pero pudimos ver como se echaban las fotos de boda una pareja japonesa. El espectaculo de ver como a la novia le colocaban hasta la última arruga del vestido fue increible. Creo que tuve que esperar como 10 minutos hasta que por fin se quitó la chica que les maquillaba y colocaba los trajes para poder echarles una foto a los dos solos.
Pero lo que realmente le da fama a este santuario es su espectacular Torii tambien conocido como el Torii flotante. Es el más grande de Japón midiendo aproximadamente 16 m y representa la entrada al santuario con la peculiaridad de que muchas veces este no se puede cruzar por estar cubierto por el agua. Otra característica de esta puerta que se diferencia en cuanto se ve es que en sus pilares principales se han añadido otros dos a cada lado para darle mayor estabilidad al conjunto.
El Santuario de Itsukushima pertenece a la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el año 1996.
Otro tesoro de esta isla es el Templo Daishoin. Éste es un templo budista situado en la falda del Monte Misen, punto más alto de la zona y por tanto lugar sagrado para los japoneses.
Este templo es un tesoro escondido del cual no se sabe tanto pero que no por ello deja de sorprender al visitante que se aventura a subir sus escaleras de acceso. En alguna de estas escaleras nos podemos encontrar los famosos rodillos de metal con los sutras inscritos en su superficie (escrituras budistas) que con solo girarlos es como si fueses recitándolos. ¿Una forma curiosa de rezar no creéis?
En este templo lo que a mi más me sorprendió es la cantidad de figuras de budas que te encuentras por todos los rincones. Las hay de todos los tipos y tamaños. Algunas dan miedo de la cara de enfado que tienen y otras desprenden ternura o gracia debido a sus caras infantiles o un tanto caricaturizadas.
Aparte de estos dos lugares sagrados, en la Isla de Miyajima también se puede hacer una excursión hasta la cumbre del Monte Misen, pero esto ya nosotros no lo hicimos porque el tiempo no nos daba más de sí.
Espero que si algun día pasáis por este rincón del planeta lo disfrutéis como yo lo hice y que os deje imagenes grabadas en la mente como a mi me las dejó.
viernes, 11 de enero de 2013
Aeropuerto de Gatwick - Londres
Hoy voy a intentar explicaros todas las posibilidades que hay para llegar desde el segundo aeropuerto de Londres por número de vuelos, Gatwick, y el centro de Londres.
Esta pregunta es una de las primeras que surgen a la hora de organizar un viaje a la capital inglesa ya que dependiendo del precio y el tiempo que dure este trayecto, compraremos vuelos a este aeropuerto u otro.
Los traslados desde Gatwick se pueden hacer de muchas maneras distintas y a precios que se ajustan a todos los bolsillos. Lo bueno también es que no todos llegan al mismo punto de Londres pudiendo así elegir un destino dentro de la ciudad que se ajuste más a la zona en la que tenemos el alojamiento.
Voy a intentar explicaros cada una de las opciones que hay (yo no las he utilizado todas pero casi) empezando por la más barata y terminando en la más cara que es la que conoce todo el mundo porque es a la que más publicidad le dan.
El trayecto más barato de todos lo ofrece la compañía de autobuses easyBus, este traslado puede salir por 2 £ y nunca superar las 10 £. El precio depende mucho del horario al que lo cojas y la antelación. Hablando de horarios, esta compañía no tiene unos horarios muy regulares aunque lo bueno es que hay autobuses 24 horas, estos también dependen de la hora a la que quieras reservar tu asiento. Varian entre cada 15 - 45 minutos así que asegurate bien de cual es el que más se ajuste a tus criterios ya que la duración del viaje puede variar mucho por el tráfico que haya a esas horas por las carreteras. Yo suelo aconsejar a la gente que viene de visita a Londres que cuando reserven los billetes lo hagan así: 40 minutos - 1 hora después de que aterrice su vuelo y unas 3 horas antes de que salga ya que el trayecto puede variar entre 55 minutos por la noche a 1 hora y media o un poco más si hay mucho tráfico en horas punta. De todas formas easyBus permite coger el minibús 60 minutos antes o después de la hora de tu reserva sin ningún coste adicional si se retrasan o adelantan los vuelos, el problema es que hay pocos asientos y no siempre lleva libres.
Estos autobuses salen desde las terminales Norte y Sur del aeropuerto de Gatwick y llegan a la parada de metro de West Brompton, muy cerca de la zona de Earls Court la cual tiene bastante hoteles. Cuando vayáis a coger el autobus de vuelta al aeropuerto os tendréis que dirigir a la parada de autobuses que hay justo enfrente del Hotel Ibis de West Brompton.
La siguiente opción es el autobús de National Express, este trayecto sale por 8 £ + 1 £ por reservar online. Creo que si lo reservas en el aeropuerto sale por 10 £ aunque no estoy del todo segura.
Estos autobuses salen solo desde la terminal Norte de Gatwick pudiendo ir desde la Sur con el tren interno y gratuito que hay en el aeropuerto. Este tren tiene una frecuencia más regular que el anterior siendo ésta de 30 minutos durante el día y una hora durante la noche.
Con este servicio se llega hasta el mismísimo centro de Londres, a una de sus estaciones más emblemáticas, Victoria, pero antes de llegar aquí hace paradas en Sutton, Mitcham, Streatham, Stockwell y Vauxhall haciendo que la duración del trayecto sea un poco más larga que con la opción anterior. Para coger este autobús de vuelta al aeropuerto tendréis que esperar en Buckingham Palace Road cerca de la estación de tren. Suele haber siempre alguien de la compañía por allí a la que podéis preguntar.
Una vez explicados los autobuses que son las opciones más económicas, empezaré a contaros las distintas alternativas que tenéis en tren empezando por el Southern.
Este tipo de trenes son los trenes locales y como tal, hacen bastantes paradas siendo una de ellas el aeropuerto de Gatwick. Puede que alguna de ellas esté más cerca de vuestro destino que Victoria, estación en la que termina, y que por tanto os ahorre algo de tiempo en volver después.
La duración del trayecto es de 40 - 45 minutos hasta Victoria con una frecuencia de trenes bastante amplia pero el Southern también ofrece un servicio a la estación de Kensington Olympia haciendo parada en West Brompton (parada del easyBus). Este último servicio tiene menos frecuencia de trenes y yo no lo conozco del todo bien así que si es el que se ajusta a vuestras necesidades, preguntad cuando lleguéis en las taquillas.
Los precios son de los más baratos con este medio de trasnporte, estan entre 12 £ y 14 £ aproximadamente por trayecto. Podéis ahorraros algo de dinero si compráis la ida y vuelta a la vez.
Otro tren que tambien conecta Gatwick con Londres es el First Capital Connect que por localización de las paradas y velocidad puede que sea el que más se ajuste a la gente que viene a Londres a hacer negocios. Este tren conecta el aeropuerto con varias estaciones situadas en la City de Londres. Entre las más conocidas están London Bridge y King Cross St Pancras.
El trayecto a London Bridge lo realiza en, dependiendo el tren que cojas, 30 minutos - 1 hora y tiene unos precios que también varían según lo anterior que van desde 9 £ a 14 £ aproximadamente.
Tiene una frecuencia bastante buena de un tren cada 15 minutos por lo que esta opción, relación precio - frecuencia - duración, es la que más competencia le hace a la estrella del transporte de viajeros entre el Aeropuerto de Gatwick y Londres y que os cuento a continuación.
Por último os presento el Gatwick Express, el medio de transporte más elegido por los turistas que vienen a conocer esta ciudad, cosa que todavía no entiendo porque los precios son un tanto desorbitados. Os cuento un poco sobre él.
Este tren conecta el Aeropuerto de Gatwick con la estación de Victoria en tan solo 30 minutos en trenes cómodos y preparados para el transporte de viajeros con equipajes. Su frecuencia es de un tren cada 15 minutos interrumpiendo este servicio en las horas en las que no salen vuelos.
Este tren es con el que seguro nunca pierdas un vuelo porque su puntualidad es inmejorable y así es como lo venden pero los otros trenes pueden presumir de lo mismo.
Ahora lo que hace que en mi caso sea la última opción a contemplar cuando programo como ir a este aeropuerto es que el precio del billete sencillo es de 17,70 £ y el de ida y vuelta de 31,05 £ si los compramos por internet. Imagino que comprados en taquilla sean un poco más caros.
Espero que toda esta información os sirva de ayuda. Quizás en el momento en el que vosotros la vayáis a utilizar, las tarifas estan un poco desfasadas (Enero 2013) pero la diferencia entre ellas no creo que cambie mucho. Ahora a elegir la opcion que más os compense.
Esta pregunta es una de las primeras que surgen a la hora de organizar un viaje a la capital inglesa ya que dependiendo del precio y el tiempo que dure este trayecto, compraremos vuelos a este aeropuerto u otro.
Los traslados desde Gatwick se pueden hacer de muchas maneras distintas y a precios que se ajustan a todos los bolsillos. Lo bueno también es que no todos llegan al mismo punto de Londres pudiendo así elegir un destino dentro de la ciudad que se ajuste más a la zona en la que tenemos el alojamiento.
Voy a intentar explicaros cada una de las opciones que hay (yo no las he utilizado todas pero casi) empezando por la más barata y terminando en la más cara que es la que conoce todo el mundo porque es a la que más publicidad le dan.
Estos autobuses salen desde las terminales Norte y Sur del aeropuerto de Gatwick y llegan a la parada de metro de West Brompton, muy cerca de la zona de Earls Court la cual tiene bastante hoteles. Cuando vayáis a coger el autobus de vuelta al aeropuerto os tendréis que dirigir a la parada de autobuses que hay justo enfrente del Hotel Ibis de West Brompton.
La siguiente opción es el autobús de National Express, este trayecto sale por 8 £ + 1 £ por reservar online. Creo que si lo reservas en el aeropuerto sale por 10 £ aunque no estoy del todo segura.
Estos autobuses salen solo desde la terminal Norte de Gatwick pudiendo ir desde la Sur con el tren interno y gratuito que hay en el aeropuerto. Este tren tiene una frecuencia más regular que el anterior siendo ésta de 30 minutos durante el día y una hora durante la noche.
Con este servicio se llega hasta el mismísimo centro de Londres, a una de sus estaciones más emblemáticas, Victoria, pero antes de llegar aquí hace paradas en Sutton, Mitcham, Streatham, Stockwell y Vauxhall haciendo que la duración del trayecto sea un poco más larga que con la opción anterior. Para coger este autobús de vuelta al aeropuerto tendréis que esperar en Buckingham Palace Road cerca de la estación de tren. Suele haber siempre alguien de la compañía por allí a la que podéis preguntar.
Una vez explicados los autobuses que son las opciones más económicas, empezaré a contaros las distintas alternativas que tenéis en tren empezando por el Southern.
Este tipo de trenes son los trenes locales y como tal, hacen bastantes paradas siendo una de ellas el aeropuerto de Gatwick. Puede que alguna de ellas esté más cerca de vuestro destino que Victoria, estación en la que termina, y que por tanto os ahorre algo de tiempo en volver después.
La duración del trayecto es de 40 - 45 minutos hasta Victoria con una frecuencia de trenes bastante amplia pero el Southern también ofrece un servicio a la estación de Kensington Olympia haciendo parada en West Brompton (parada del easyBus). Este último servicio tiene menos frecuencia de trenes y yo no lo conozco del todo bien así que si es el que se ajusta a vuestras necesidades, preguntad cuando lleguéis en las taquillas.
Los precios son de los más baratos con este medio de trasnporte, estan entre 12 £ y 14 £ aproximadamente por trayecto. Podéis ahorraros algo de dinero si compráis la ida y vuelta a la vez.
Otro tren que tambien conecta Gatwick con Londres es el First Capital Connect que por localización de las paradas y velocidad puede que sea el que más se ajuste a la gente que viene a Londres a hacer negocios. Este tren conecta el aeropuerto con varias estaciones situadas en la City de Londres. Entre las más conocidas están London Bridge y King Cross St Pancras.
El trayecto a London Bridge lo realiza en, dependiendo el tren que cojas, 30 minutos - 1 hora y tiene unos precios que también varían según lo anterior que van desde 9 £ a 14 £ aproximadamente.
Tiene una frecuencia bastante buena de un tren cada 15 minutos por lo que esta opción, relación precio - frecuencia - duración, es la que más competencia le hace a la estrella del transporte de viajeros entre el Aeropuerto de Gatwick y Londres y que os cuento a continuación.
Por último os presento el Gatwick Express, el medio de transporte más elegido por los turistas que vienen a conocer esta ciudad, cosa que todavía no entiendo porque los precios son un tanto desorbitados. Os cuento un poco sobre él.
Este tren conecta el Aeropuerto de Gatwick con la estación de Victoria en tan solo 30 minutos en trenes cómodos y preparados para el transporte de viajeros con equipajes. Su frecuencia es de un tren cada 15 minutos interrumpiendo este servicio en las horas en las que no salen vuelos.
Este tren es con el que seguro nunca pierdas un vuelo porque su puntualidad es inmejorable y así es como lo venden pero los otros trenes pueden presumir de lo mismo.
Ahora lo que hace que en mi caso sea la última opción a contemplar cuando programo como ir a este aeropuerto es que el precio del billete sencillo es de 17,70 £ y el de ida y vuelta de 31,05 £ si los compramos por internet. Imagino que comprados en taquilla sean un poco más caros.
Espero que toda esta información os sirva de ayuda. Quizás en el momento en el que vosotros la vayáis a utilizar, las tarifas estan un poco desfasadas (Enero 2013) pero la diferencia entre ellas no creo que cambie mucho. Ahora a elegir la opcion que más os compense.
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