martes, 30 de agosto de 2011

Mosebacke Hostel

Como este verano he estado bastante parada a la hora de escribir, hacía mucho tiempo que no os contaba mis experiencias en un nuevo hostel.
Del que me dispongo a hablar en esta entrada es el Mosebacke Hostel, un moderno hostel situado en la ciudad sueca de Estocolmo.
Para ser más exactos se encuentra en el barrio de Södermalm, en el número 26 de la calle Högbergsgatan y a tan sólo unos 4 - 5 minutos caminando de la parada de metro de Slussen la cual si no recuerdo mal es línea directa con la estación donde llegan los autobuses del aeropuerto.
Este hostel, estéticamente puede parecer una pasada y todo está muy nuevo y limpio pero hay ciertas cosas que a mi me llamaron la atención bastante porque no las encuentro para nada prácticas, pero bueno, ya las iré contando a medida que vaya llegando a esas partes.


Voy a empezar con las zonas comunes que, estando en la ciudad de Estocolmo y conociendo un poco su clima, pueden llegar a ser muy importantes en la estancia de los viajeros ya que en ellas es posible que pasen muchas horas. Lo primero a destacar es que éste hostel si que tiene cocina totalmente amueblada y en la que cada persona va a poder cocinarse lo que quiera. Este dato hará que muchos viajeros ya no busquen más porque en una ciudad tan cara, el poderte cocinar tu, puede suponer un ahorro importante para el bolsillo.
Por otro lado hay una sala muy amplia con mesas y una tele (foto), y otra junto a la entrada principal con más mesas y una zona de lectura. Creo recordar que no tiene ordenadores o por lo menos no gratis y por lo tanto o te llevas tu el ordenador o te quedas sin poder consultar nada en internet.


Por otro lado están las habitaciones, las tienes privadas y compartidas. Hay bastantes tipos dentro de cada modelo, en las privadas encontraremos desde la habitación para una persona por casi 70 € con baño compartido hasta la doble por unos 45 € por persona (puede tener baño compartido o privado). Por otro lado, las compartidas van desde las mixtas de 4 camas a las de 7 y los precios están entre 34 y 27 € aproximadamente.
En las habitaciones compartidas, cada uno tiene su armario y su luz de lectura en la cama. No recuerdo muy bien si los armarios tenían candado o lo tenías que poner tu.
Y aquí es donde viene una de las cosas que menos me gusto de este hostel. Las habitaciones no tienen ventanas y es que, el lugar donde está situado, es en el bajo de un edificio por lo tanto la luz natural no es que se vea demasiado a no ser que estés en la sala de la recepción.
Otra cosa que tampoco me gustó mucho es que teniendo en cuenta que no es un hostel barato, tienes que pagar aparte las sábanas y el desayuno. Estás dos cosas están incluidas si reservas una de las habitaciones privadas. El desayuno sale por 60 SEK que no es ninguna baratija, unos 6,5 € y en la descripción del hostel pone que el saco de dormir no es una alternativa en este hostel por lo que te obligan a llevar sábanas o a alquilárselas.


Y para terminar hablaré de los baños. Puede parecer algo que se da por echo que las duchas sean individuales, y yo, en anteriores entradas de hostels, lo que suelo contar respecto a esto es si puedes dejar la ropa dentro sin que se moje, que si tienen cortina o puerta, que si el agua salía fría, etc. Pues en este, lo que más me llamó la atención es que son duchas como las de los vestuarios de instalaciones deportivas, es decir, todas juntas. El inconveniente de esto es que si te duchas en un momento en que haya mucha gente, la intimidad de cada persona es nula. Yo nunca había visto nada igual en un hostel.
Para contrarrestar un poco este, a mi parecer, gran defecto, deciros que los baños estaban impecables.

Siento no tener fotos propias para este hostel pero es que al final no me dio tiempo porque iba con la hora pegada y he tenido que buscar alguna en la red. No he encontrado de las duchas y las otras que he encontrado si os dais cuenta resaltan la luz como si fuese natural cosa que no es cierto.

lunes, 22 de agosto de 2011

Licor de Mirto

No hay mejor época para hablar de un Licor como el que a continuación os voy a presentar que el verano, y es que, ¿quien en esta estación tan de relax no se ha sumado a alguna de las frecuentes comidas con familiares o amigos en las que el quedarse hablando después del postre o jugando un bingo o una partida de cartas es una de las cosas que más calidad de vida nos puede proporcionar en ese momento específico?
Pues al igual que nosotros en España tenemos nuestros famosos Pacharanes y licores de hierbas, los italianos tienen Limoncellos y el licor de Mirto que es del que hoy voy a hablar.

El Mirto, como comúnmente llaman los sardos a esta bebida alcohólica, es un licor que proviene de la isla mediterránea de Cerdeña. Su elaboración es más bien sencilla y, seguramente, sea muy típico el producirlo de forma tradicional en las casas. Ésta se basa principalmente en la maceración en alcohol de los frutos del mirto. Para los que de plantas no entienden mucho (como yo), deciros que el mirto es un arbusto que se da principalmente en la zona mediterránea de Europa y norte de África y que es famoso por el aroma que desprenden tanto sus hojas como sus bayas y sus flores.
Según he leído por algún lado, otra curiosidad correspondiente a este tipo de arbusto es que con sus hojas se hacían las coronas que más tarde honraban a los campeones olímpicos (yo pensando toda mi vida que eran de laurel).

Al principio de la entrada hablaba de la similitud que tiene este licor con algunos de los españoles que se sirven después de una comida abundante y es que, como ellos, es digestivo y se tiene que servir bien frío para  poder disfrutarlo en condiciones.
La familia de Cerdeña con la que pasé unos días de aquellas vacaciones de verano siempre tenían una botella en la nevera para poder echar el chupito correspondiente después de cada comida. Ese fue el motivo que me llevó a comprar una botella para llevarme para España.
Pero ahora os aconsejaré una cosa, el licor de Mirto lo encontraréis tanto en los supermercados normales y corrientes como en las tiendas que están exclusivamente para sacar dinero a los turistas que han decidido disfrutar del sol de esta isla mediterránea. Mi consejo es que lo compréis en los supermercados en los cuales os saldrá más barato y encima podréis preguntar que marca es la más común entre los vecinos de toda la vida de la zona en la que estéis.

Este fue el que compré yo, era barato y no estaba malo

domingo, 14 de agosto de 2011

Delirium Cafe

Los amantes de la cerveza seguro que estarán conmigo en que Bélgica es uno de esos países en los que se sienten más a gusto y en los que más pueden disfrutar probando todo tipo de cervezas. Esto es por culpa de que en este pequeño país Europeo podemos encontrar alrededor de unos 500 tipos distintos de cerveza, increíble ¿no?, pues aquí no acaba la cosa y es que uno de los bares que podemos encontrar en Bruselas, muy cerca de la Grand Place, es el bar que atesora el Record Guiness de la carta más amplia de cervezas del mundo.
Este bar se llama Delirium Cafe y seguro que, para los que ya lo conozcan, les será familiar el cartel de su puerta en el que se muestra a un elefante rosa bastante dulce. No lo sé seguro, pero imagino que lo de que el símbolo sea un elefante tiene algo que ver con lo que puedes llegar a ver si te pasas mucho tiempo dentro de este bar bebiendo distintos tipos de cervezas.
La dirección exacta del bar es Impasse de la Fidelité 4A, un callejón sin salida en el que, aparte de este mítico bar, podemos encontrar a la Jeanneken Pis, una niña con cara de estar disfrutando cuando mea.


Pero volviendo a la carta que presenta el bar, es lógico que posea el Record Guiness ya que nos ofrece más de 2000 cervezas distintas de todos los rincones del mundo y de todos los tipos, sabores, aromas, etc. que hoy en día se conocen de cervezas. Pero entre tantas marcas, el Delirium Cafe nos ofrece una muy especial, la suya propia, la Delirium Tremens, la del elefante rosa.


El bar está dividido en 3 plantas aunque las mejores son el sótano y la que da a la calle porque la tercera es como más exclusiva y sinceramente no se si se puede acceder a ella a no ser que hayas reservado. Pero esto no es ni mucho menos un problema ya que las buenas son las otras dos.
Cuando llegamos a la puerta tenemos que pensar si lo que nos apetece beber es cerveza de barril o en botella porque dependiendo de esta decisión tendremos que ir a la barra de la planta que da a la calle o al sótano (con ese orden). Aunque os decantéis por una, no dejéis de visitar la otra y además, aunque en menor medida, en el sótano también nos ofrecen algunas cervezas de barril.
Yo, por mi propia experiencia en este bar, os diría que bajaseis al sótano. Lo primero que os va a gustar es la decoración que presenta en la que destacan las bandejas de muchos tipos de cervezas colgadas del techo. Otra cosa que también hace que sea especial es que por el siglo XVIII ya era una antigua bodega y ello ha hecho (a mi parecer) que las mesas no sean típicas mesas sino barriles de madera acompañados de altos taburetes y que la iluminación sea bastante pobre, haciendo que el ambiente sea como lúgubre.
Pero sin duda, lo que más llama la atención del bar son unos grandes libros que descansan en los barriles y en la barra esperando que cualquier sediento con ganas de una buena cerveza se vuelva loco intentando elegir entre tantas.


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