Últimamente lo de viajar a otros países no lo hago demasiado a menudo porque en cuanto tengo algunos días libres vuelvo para España a visitar a familia y amigos pero siempre hay algún fin de semana en el que una escapada a algún rincón de Inglaterra se puede hacer. La última escapada fue a la capital del condado de Yorkshire situada hacia el noreste de Inglaterra y conocida por el nombre de York.
Desde Londres se puede ir de varias formas pero la más económica es en autobús y si es con la empresa Megabus mucho mejor ya que, como comenté en la anterior entrada, es la compañía low cost de autobuses del Reino Unido.
Esta ciudad tiene fama por ser una de las que más historia tiene dentro del Reino Unido y es visitada por muchísimos turistas de todo el mundo que llegan atraídos por la fama de ciudad medieval que ostenta.
Pero en esta entrada no quiero extenderme demasiado con la historia de York ni con las cosas que hay que ver en general porque mi idea es centrarme en una de las calles del centro (que es lo que más me llamó la atención) llamada The Shambles.
The Shambles, o traducida al español como El Caos, es una pequeña calle de la Edad Media de la que se dice es la mejor conservada de toda Inglaterra.
Está compuesta por casas a tres alturas en las que la parte inferior es un pequeño comercio (creo recordar que sin excepción) dándole a la calle el ambiente comercial que ha tenido a lo largo de toda su existencia. Pero este tipo de tiendas ya no son lo que eran en un principio.
El nombre The Shambles proviene de la palabra inglesa utilizada para nombrar a los antiguos mataderos y es que, donde hoy en día nos encontramos tiendas de regalos, restaurantes, chocolaterías, etc. que son una incitación a gastar para todo turista que recorre esta calle, antes podíamos hallar carnicerías con sus piezas ensangrentadas, despellejadas y destripadas colgadas de las cornisas que sobresalen gracias a grandes ganchos que según dicen todavía perduran en algunas tiendas pero que yo no vi ya que ni me fijé en ese detalle. Y me diréis, por qué no te ibas fijando, pues bien porque, como bien nos iba contando un chaval que vive en esta ciudad, en el centro de la calle había una zanja por la que antiguamente corría la sangre de los animales y yo iba obsesionada con poder verla. Tampoco hubo suerte con esto a no ser que para ellos la zanja sea la parte de calzada situada un poco más baja que las aceras (observar en la foto).
Aunque a mi me decepcionó un poco que sólo fueran unas cuantas casas las que tenían pinta de haber perdurado en el tiempo y no todas como yo me esperaba (esto es una apreciación propia y no puedo asegurar que alguna de las casas que se encuentran en esta calle sea más nueva que las demás), he de decir que te deja un muy buen sabor de boca la visita sobre todo por algunas casas en las que por la inclinación que van tomando hacia delante con el paso de los años parece que se van a caer en cualquier momento y en las que seguro que a más de uno le daría pavor entrar por miedo a que esas vigas de madera centenarias cediesen e hiciesen que las casas se viniesen abajo. En alguno de los tramos de la calle la separación es tan corta entre la parte superior de las casas enfrentadas que seguro que si se intentan dar la mano personas a ambos lados, podrían.
Ha sido un grato paseo! Gracias por acercarnos Londres a través de tu interesante y útil información, así como estas bonitas tomas.
ResponderEliminarSaludo cordial.
Ramón
Pero esta entrada no es de Londres sino de una calle de York. Aún así gracias por tu visita a mi pequeño mundo
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