Todavía de viaje por Japón, y aprovechando un largo trayecto desde Hiroshima hasta Tokyo, me dispongo a escribir mi primera entrada sobre este país que tiene tantas cosas distintas a lo que yo conocía hasta el momento. Este motivo sea quizás el que me hizo decidirme a venir a visitarlo (bueno, éste y que sacaron unas ofertas de avión muy jugosas e imposibles de dejar escapar) y por eso mi elección para la primera entrada sobre Japón sea una de curiosidades que me he ido encontrando a lo largo de estos días.
Lo primero que llama la atención son los baños, o mejor dicho, lo que viene siendo el retrete. Los hay de varias formas, desde unos que parecen que estamos todavía a mediados del siglo XX hasta los ultramodernos que necesitan un manual para que el usuario los pueda saber manejar.
Los primeros son todos del mismo estilo, una especie de letrina incrustada en el suelo del baño en la que sobresale la parte delantera que es donde debe de llevar el grifo por el que sale el agua de la cisterna. En estos baños, las mujeres nos tenemos que situar mirando hacia este saliente para no poner todo el baño perdido. No sé si lo habíais pensado pero sí, hay que mear de cuclillas.
Los segundos los hay de varios tipos aunque os explicaré el completo ya que los otros son iguales que este pero sin alguna de las cosas. Estos retretes ya serían los que conocemos todos pero aquí en Japón les han incorporado algunas cosas que los hacen especiales. Lo primero es el grifo justo encima de la cisterna, este grifo llena la cisterna pero a la vez puede ser usado para lavarte las manos una vez hayas orinado (el agua es fría por lo que muchas veces es preferible ir a lavárselas al lavabo). Lo segundo es la calefacción en la taza, todo un invento y yo creo que lo más útil de todo. Las casas de Japón suelen ser muy frías (por lo menos en esta época y en las que yo he estado) y el sentarte en una taza calentita hace el uso del baño más placentero. Lo tercero es el cuadro con botones que lleva incorporado en uno de los laterales. Principalmente, estos botones son para activar los distintos tipos de chorros para limpiarte las partes nobles una vez hayas acabado tus necesidades, el agua también suele estar fría y no se llega a utilizar todas las veces, de hecho, yo solamente lo he utilizado un par de veces. En este cuadro encontramos otro botón más que es para poner música si no quieres ser escuchado, puedes hasta regular el volumen de la misma si lo deseas (no tengo ni idea de qué tipo de música tienen, nunca le he dado a este botón).
Siguiendo con alguna curiosidad que se dé dentro de casas, os contaré la que más veces he tenido que hacer yo en mi viaje, el quitarse las zapatillas antes de entrar al interior de una vivienda. Para gente de algunos países del norte de Europa esto puede que no sea para nada algo curioso pero es que en España, no lo hacemos. Este detalle tan simple como descalzarse antes de entrar hace que los suelos, en su mayoría de madera o tatamis, se conserven mejor y más relucientes durante más tiempo. Y para que nos vamos a engañar, si no entras a las casas con los zapatos que has llevado por la calle, éstas se conservan limpias durante más tiempo y no habría que estar todos los días dale que te pego con la fregona.
Y continuando dentro del hogar, ¿quién de vosotros no se ha ido de camping alguna vez y ha echado la esterilla en el suelo para desplegar encima el saco de dormir? Pues bien, los japoneses tienen para dormir algo parecido que se llama futón que no es tan fino e incómodo como una esterilla pero se despliega en el suelo todos los días y tampoco lleva encima un saco de dormir sino un edredón.
Principalmente los futones se extienden por las noches en suelos cubiertos con tatami (muy típicos aún hoy en día en muchas casas) y se recogen por las mañanas para dejar el espacio en la habitación y así poder utilizarla para otras cosas.
De todas formas, sobre este tema he de decir que la gente joven japonesa que he conocido a lo largo de este viaje no duerme en futón sino en camas mientras que los padres los siguen utilizando yo creo que más por costumbre. De todas formas, para las visitas (es decir, gente como yo) si que tienen futones.
Y saliéndonos ahora de las casas, os tengo que hablar sobre las mascarillas. A lo mejor es porque la época del año en la que he venido a Japón es época de resfriados y la gente no quiere contagiar a los demás, o a lo mejor es que, como no está lloviendo mucho, las ciudades andan más contaminadas y ello puede resultar un problema para la salud de todos pero con más intensidad a los que tienen algún problema respiratorio, o porque son asmáticos, o vete tú a saber por qué, pero la verdad es que es increíble la cantidad de gente que te encuentras por la calle con las mascarillas puestas. Además las tienen de varios estilos. Están las reutilizables que son las que llevan algunas mujeres mayores que son como de paño que no tengo ni idea si tendrán algún efecto, después están las que lleva casi todo el mundo que son como las que usan en los hospitales enfermeros y médicos que, aparte de ser más higiénicas, seguro sean más efectivas y encima las tienen de varios modelos. Y por último están las mascarillas para niños que son como estas últimas pero con dibujos para que al niño no le suponga un trauma el tener que llevarla (aunque a lo mejor en Japón estas cosas no son motivo para que tus compañeros de clase se metan contigo).
Joder Marta, me das una mezcla de odio y envidia... Todo el dia viajando hija, ojala pudiera hacerlo yo!! Jejeje
ResponderEliminarPasalo bien y escribe, que me gustan tus historietas.
Besos
Franky